Si hay un escritor famoso por su amor a los gatos y que, además, estos días esté más en boga que nunca debido a la celebración de Halloween y la exaltación de todo lo sobrenatural, ese es Lovecraft. El autor fue el creador de un género propio que vino a denominarse horror cósmico, en el que combinaba el terror con elementos de ciencia ficción, y se sabe que tal era su obsesión con los gatos que hizo a aparecer a estos animales en varios de sus relatos e incluso llegó a dedicarles uno de sus famosos cuentos: 'Los gatos de Ulthar'.

Howard Phillips Lovecraft, más conocido como H. P. Lovecraft, vivió en pleno cambio de siglo (nació en 1890 y murió en 1937) en Estados Unidos. Su vida como un ermitaño y su soledad natural, así como lo extraordinario de su obra, han hecho de él un personaje de culto, al igual que lo es su escritura y sus mundos de ensueño.

Lovecraft creció con gatos en casa y siempre tuvo en gran consideración a los felinos. Incluso escribió un ensayo sobre las mascotas 'Cats and dogs' ('Gatos y perros'), en el que exponía minuciosamente cuáles eran las ventajas y desventajas de tener uno de estos dos animales. A su juicio, los gatos eran los vencedores de esta pugna, puesto que siempre los consideró como animales superiores dignos de ser venerados y completamente aristocráticos.

El gato de Lovecraft (o al que más quiso)

El más famoso y más viejo de todos los gatos que acompañaron a H. P. Lovecraft durante toda su vida era uno que estuvo en su familia desde que el escrito era un niño. El felino entró en el hogar de Lovecraft en 1899 y permaneció apenas cinco años allí, ya que desapareció en 1904, cuando el autor contaba con sólo 14 años de edad. Era un gato negro y, aunque no hay ninguna referencia gráfica de este animal, se sabe que Lovecraft lo amaba profundamente porque lo mencionó en varias de sus cartas.

Lovecraft era un gran amante de los gatos.

La desaparición del gato de Lovecraft provocó una honda pena en éste. No es de extrañar, puesto que el felino era tan querido por el escritor que hizo referencia a él en varios de sus cuentos e incluso lo hizo aparecer en uno de sus relatos, 'The rats in the wall', datado en 1923, varios años después de la desaparición del animal.

El nombre del gato de Lovecraft hacía referencia al color del animal: Nigger-man. Se trata de una forma despectiva de llamar a las personas de color negro hasta el punto de convertirse en un insulto racista. De hecho, son muchas las voces que señalan las posturas xenófobas y racistas que mantenía el conocido autor.

Pese a que el gato de Lovecraft, Nigger-man, aparece en el mencionado cuento de 1923, cuando éste volvió a publicarse ya se le cambió el nombre para evitar ofensas a la comunidad negra. Desde entonces, el felino aparece identificado en la obra de Lovecraft como 'Blackie' o 'Black Tom' en lugar de Nigger-man.