Como un juego de contrastes, así ha querido ver la silueta femenina el próximo otoño-invierno Amaya Arzuaga; como una oportunidad para mezclar distintos volúmenes y texturas dentro de un mismo perfil, mientras que el argentino Roberto Torreta ha ubicado sus prendas en el futuro retro.

En la segunda jornada de Madrid Fashion Week, la diseñadora burgalesa ha llevado a la pasarela su tradicional creatividad en el diseño, con vestidos combinados de punto y tul, de cuero y mohair o de tul y cuero elástico.

No contenta con la mezcla de tejidos, Arzuaga se atreve también a combinar volúmenes dentro de un mismo perfil, lo que da como resultado vestidos de falda mitad recta mitad con amplio volumen, logrado a base de pliegues, la marca de la casa.

Entre los volúmenes, la diseñadora apuesta por el de campana para amplios vestidos, que esconden o disimulan la silueta, y para abrigos, ya sea en colores crudos, berenjenas, negros, marinos o rojo sangre, un tono que utiliza también para sus minivestidos en cuero elástico.

Arzuaga, que presenta su colección el próximo 2 de marzo en París, introduce también el talle imperio, el escote cuadrado en sisa y el largo por debajo de la rodilla, en prendas con aplicaciones de piel bicolor y cálidos tejidos de mohair, punto de lana o pelo de cabra tibetana.

La diseñadora, que apuesta la próxima temporada por las medias de punto, vuelve de nuevo a sus escotes asimétricos, aunque en esta ocasión las aberturas se prolongan desde el hombro hasta la cintura, mientras que dota algunas de sus prendas de hombros marcados y de un gran movimiento que logra colocando el tul debajo de tejidos menos estructurados, como en sus vestidos y abrigos.

La presentación de la invernal colección de Arzuaga ha sido seguida desde la primera fila por numerosos rostros conocidos, como el de la exministra de Cultura Ángeles González-Sinde, el escritor Boris Izaguirre o la presentadora Nuria Roca.

Para Roberto Torreta, el próximo otoño-invierno debe estar lleno de prendas ubicadas en el futuro retro, una combinación entre lo que el argentino considera "pureza femenina" de mediados de siglo y una silueta moderna, deportiva y elegante.

Como Arzuaga, Torreta también juega con los volúmenes, los colores y las texturas en elegantes prendas que tienen el vestido como eje vertebrador, en las que el creador reintroduce las mangas ranglan y el largo por la rodilla, un clásico en la mayoría de las colecciones vistas hoy sobre la pasarela.

El toque moderno a esa visión clásica de la moda lo aportan la mezcla de colores, tejidos, texturas y formas geométricas, que le sirven al creador para confeccionar abrigos, trajes-faldas, pantalones masculinos y, cómo no, los vestidos.

Torreta mezcla hábilmente "jacquards", lanas cocidas, cuero y ante con lentejuelas, tejidos todos ellos ideales para combatir el frío con formas limpias, como en sus abrigos lisos y estructurados.

Pero si hay un denominador común en la colección del argentino es la cintura, marcada tanto en vestidos como en faldas, abrigos y chaquetas, mientras que para los vestidos de noche deja la línea recta y utiliza una paleta de colores dominada por el negro, el cobalto, el azul grisáceo, el marrón intenso o el rojo pasión.

El desfile de Roberto Torreta da paso a las propuestas, ya por la tarde, de Juanjo Oliva, Ángel Schlesser, Miguel Palacio y Lemoniez.