Las pieles y el punto de textura gruesa marcan las tendencias en la ropa de abrigo. Desde hace ya algunos años, hay un visible contraste entre las prendas que se llevan en el exterior y las de interior, que en poco se distinguen de una temporada a otra. El mayor nivel de confort que existe en las ciudades modernas, con calefacción en prácticamente todos los edificios y locales, aconseja llevar ropa de tejidos ligeros tanto para las actividades cotidianas como para salir de noche, y cubrirse con abrigos y chaquetas muy cálidos para la calle, especialmente en los lugares de clima riguroso.

Esto, y el auge que ha ido adquiriendo todo aquello que sea un símbolo del lujo, ha vuelto a poner de actualidad las pieles, no necesariamente auténticas, aunque muchas sí lo son. Bien sea en abrigos o en chaquetas, de inequívoco aire vintage e inspiradas en el Hollywood dorado, las pieles están de plena actualidad. Se proponen también en detalles más discretos, como cuellos muy confortables que acompañan a prendas de todo tipo, y en complementos, como bufandas, estolas o capelinas que se sobreponen a los abrigos.

La otra tendencia que marca los meses de frío es el punto. Recurrente como materia para el invierno, esta temporada se caracteriza por presentar texturas muy gruesas y una elaboración artesanal o que la imita. Junto a cárdigans y abrigos, se proponen suéters oversize e incluso vestidos, que pueden llevarse con pantalones muy ajustados. Cuellos vueltos que se transforman en capuchas, mantas, ponchos y cuellos de quita y pon aportan un estilo informal pero elegante. Más sport, aparecen las prendas de doble faz, con el borreguillo y otras pieles en el interior.

Además de presentarse en muchos tipos de texturas, aunque casi siempre un tanto ostentosas, se tiñen de colores tan sorprendentes como el rosa pálido que propone Brioni, el mostaza de Bottega Veneta o el verde mar de Ungaro. Aunque predominan más los tonos discretos, como diversas gamas de marrones y grises. Insisten algunos, como es el caso de Dolce & Gabbana, en los estampados de pieles salvajes, una tendencia que se resiste a abandonar la moda desde hace varias temporadas. Por el horizonte asoman, todavía tímidas, las parkas que triunfaron hace un par de décadas.