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¿Dónde está Martin Margiela, el Banksy de la moda? 7 pistas para comprender el legado del más misterioso de los diseñadores

La leyenda del creador belga que nunca daba entrevistas y eliminó su nombre de las etiquetas se acrecienta con los años

El diseñador belga Martin Margiela.

El diseñador belga Martin Margiela.

Laura Estirado

Barcelona

Aunque nadie lo ha visto desde 1997, fuentes de la firma Maison Margiela confirman a El Periódico que su creador, Martin Margiela (Genk, Lovaina, Bélgica; 9 de abril de 1957) sigue vivito y coleando, eso sí, apartado del mundanal ruido y de los focos. El misterioso Banksy de la moda llegó para revolucionar la industria con propuestas que hoy siguen copiando otros. Fue pionero en investigar la deconstrucción, la reutilización de tejidos y la "apropiación" como recurso creativo. Antes que nadie tapó la cara de sus modelos, quitó su nombre de las etiquetas, dejó las costuras a la vista, los dobladillos sin terminar, cambió cintas por botones y creó uno de los zapatos más icónicos del siglo XX, que hoy en día han vuelto con fuerza, los 'Tabi', un modelo con forma de pezuña.

En un momento en el que la moda va más rápida que nunca, cuando las principales casas cambian a sus directores creativos antes de darles tiempo para mostrar su talento, ahora que las colecciones ya son cápsulas, y que las tendencias no duran más que un nanosegundo en el metaverso, te ofrecemos 7 pistas sobre el enigmático diseñador que nunca concedió una entrevista y que eliminó su nombre de las etiquetas. Finalmente, harto, se apeó de ese tren antes de que le arrollara, pues siempre prefirió las bambalinas y el anonimato a la fama y el vértigo. En 2008 anunció su retirada de la moda, si bien lo último que se sabe de él es su reconversión en artista: en 2021 expuso en una galería de París una colección de sus esculturas, fotografías e instalaciones.

"Sentí que ya no podía hacer frente a la creciente presión mundial y a las crecientes demandas del comercio. También lamenté la sobredosis de información llevada por los medios sociales, destruyendo la 'emoción de esperar' y cancelando todos los efectos de la sorpresa, tan fundamentales para mí", escribió en una carta de agradecimiento al recibir en 2018 un Belgian Fashion Award.

A pesar de su 'exilio' voluntario, algunos calculan que la mitad de prendas que hoy vemos en las pasarelas ya las propuso él. He aquí 7 hitos de su legado:

A mediados de los 2000, la empresa italiana Vibram presentó el zapato 'Five Fingers', una zapatilla biomórfica con los dedos separados, que en sus orígenes estaba pensada por su gran agarre en superficies resbaladizas para navegantes, kayakistas y todo tipo de deportes náuticos. Hoy ha conquistado a grandes y pequeños por su comodidad, aunque seguramente desconozcan que antes Martin Margiela ya lanzó el calzado con los dedos separados: los 'Tabi'. Escudándose en una de sus máximas creativas, la apropiación, reformuló ese tipo de calcetín y zapato tradicional japonés que separa el dedo gordo del pie del resto. Lo deconstruyó y modernizó, convirtiéndolo en una moderna pezuña.

Al igual que sus contemporáneos del grupo de 'Los 6 de Amberes', Martin Margiela quedó impactado por la generación de diseñadores japoneses que llegaron a París a principio de los 80. Nombres como Yohji Yamamoto, Rei Kawakubo, Issey Miyake y Kenzo fueron pioneros en la experimentación y la reflexión, algo que caló en el espíritu de Margiela, que fundó su propia casa en 1988, tras haberse fogueado unos años como asistente para Jean Paul Gaultier, en aquella época un semidios y figura pública. Para él, en cambio, la antimoda y las deconstrucciones eran sus pilares fundacionales, así como la reivindicación de la moda como una forma de arte, poniendo el foco en lo excéntrico y lo revolucionario. En sus primeras colecciones causó sensación un 'top' con efecto tatuaje, modelos con la cara tapada -algo que recuperó años después Demna Gvasalia en Balenciaga-, el famoso chaleco de alambre y piezas de porcelana.

En las contadas entrevistas que concedió solía decir: "Dada mi naturaleza tímida y reservada, prefiero estar entre bambalinas y gozar de la protección del anonimato. Mi única tarjeta de visita es mi trabajo". El producto antes del creador. Eso mismo concuerda con el hecho de tapar las caras a las modelos, no conceder entrevistas ni salir al final de los desfiles, y no poner su nombre en las etiquetas de su ropa (al contrario de la logomanía de la mayoría de firmas). Decidió usar un trozo blanco de tela con cuatro pespuntes blancos oblicuos, que hoy en día se sigue usando igual, si bien sí que se indican los números de cada colección. Hoy van del 0 al 23. Por ejemplo, el 0 significa prendas hechas a mano para mujer; el 10, colección para hombre; 11, accesorios unisex; 22, colección de zapatos para mujer y hombre... Y MM6: Moda urbana femenina.

Una etiqueta indicando el número de colección al que pertenece la prenda de Maison Margiela.

Una etiqueta indicando el número de colección al que pertenece la prenda de Maison Margiela. / EPC

Antes de que el 'upcycling' y el consumo racional de ropa estuviera a la orden del día, Margiela ya lo practicó hace cuatro décadas. Compraba ropa de segunda mano, la desmontaba para comprenderla y la volvía a montar. La casa de moda francesa, que actualmente cuenta con Glenn Martens como director creativo, tras suceder a John Galliano, presentó en 1994 la línea Replica, donde el creador belga reproducía minuciosamente prendas y accesorios 'vintages' originales inspirados en ropas de distintos lugares del mundo para crear piezas nuevas que conservaban todo el carácter y el encanto original. De esta manera conseguía prendas que desde su confección evocaban recuerdos. Siguiendo este espíritu, la firma lanzó en 2012 sus fragancias Replica, una colección de 16 aromas refinados y combinados de forma original que evoca vivencias concretas.

Antes de que Demna Gvasalia pusiera de moda las prendas 'oversize' en su etapa de Balenciaga, casa en la que ha triunfado durante una década antes de su fichaje sorpresa por Gucci, Margiela ya experimentó con el patronaje XXL mientras sus compañeros apostaban por las siluetas ceñidas y sexualizadas.

Entre sus desfiles que quedan para el recuerdo, el correspondiente a la colección primavera verano de 1990. El 'show' se organizó en un parque infantil de uno de los suburbios del distrito 20 de París. Se invitó a los niños de la zona al evento, a cambio de poder disponer del espacio para que las modelos presentaran las prendas (vestidos vaporosos, tops a base de bolsas de plástico y chaquetas anudadas a la cintura).

 

De 1997 a 2003 se convirtió en director creativo de la firma Hermès para las colecciones de mujer. Cuando se retiró fue sustituido por su antiguo mentor, Gaultier. Su labor en la firma de Jean-Louis Dumas se recuerda como extraordinaria, por su magnífica reinterpretación de los códigos atemporales y clásicos de la casa de la H. Lanzó una docena de colecciones en las que los típicos colores vivos de la casa fueron sustituidos por azules, grises, negros y blancos.

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