Tras comentar que decenas de puestos de trabajo están en juego, WWF señala en un comunicado emitido hoy que, según el mas reciente estudio realizado por sus expertos, la causa de ese fracaso se debe a las excesivas cuotas de pesca, la desmesuradamente grande flota pesquera y una deficiente gestión del sector pesquero.

"La UE se propuso en 2002 mejorar claramente la situación del bacalao, el atún y otras especies. Hoy sucede lo contrario. Los intereses nacionales y económicos a corto plazo impiden que se detenga la explotación de los océanos", afirma la organización ecologista en la nota emitida desde su sede en Hamburgo.

Con vistas al inminente establecimiento de nuevas cuotas pesqueras por parte de la Unión, WWF expresa su preocupación por el reparto de licencias, que, afirma, podrían agravar aun mas el problema.

Añade que los 25 estados de la Unión Europea pescan anualmente con unos 90.000 botes y buques pesqueros unas siete millones de toneladas de pescado, sobre todo en el Atlántico y el mar Mediterráneo, en un sector que da trabajo a unas 230.000 personas.

WWF denuncia también que la UE ignora las cuotas de pesca que determina el Consejo Internacional para la Investigación de los Mares (ICES), como en el caso del bacalao y el abadejo en el Mar del Norte y el Báltico, donde aún se conceden licencias de pesca pese a su crítica situación.

En ese sentido comenta la actual polémica por la pesca ilegal de abadejo que realizan sistemáticamente pescadores polacos y subraya que "en el mar impera la ley del Viejo Oeste. la pesca ilegal se considera por muchos un delito de caballeros, los controles se hacen a medias y los castigos son ridículos".

Similar es la situación con el atún rojo en el Mediterráneo, afirma WWF, aunque celebra que la UE haya iniciado procedimientos legales contra siete países que no habían declarado sus capturas.