Después de las abundantes comidas que se realizan durante las Navidades toca poner se en plan e intentar deshacerse de esos kilos demás que se cogen por estas fechas.

Para ello lo que hay que hacer es intentar limpiar el organismo con alimentos depurantes como son las verduras y las frutas. Hay que tener en cuenta que existen muchas «dietas milagro» que crean unas expectativas que no son las verdaderas. Se caracterizan por ser muy restrictivas en energía y desequilibrada en algunos nutrientes y por el hecho de excluir de la dieta numerosos alimentos necesarios para nuestro organismo.

Algunas de estas dietas contienen toques exóticos, otras cómicos, pero la mayoría posee un denominador común y es que a la larga son peligrosas y no sólo no consiguen cambiar los malos hábitos, sino que acentúan los errores.

Estas dietas son carentes de rigor científico, prometen adelgazar sin esfuerzo y se ayudan de una amplísima difusión publicitaria, que esconde grandes intereses económicos para convencer a la población de que esta «nueva, mágica, revolucionaria y famosa dieta» va a mejorar su imagen rápidamente y sin esfuerzo.

Pero la población debe ser consciente de que si las «dietas milagro» consiguen que se pierda peso a corto plazo no es por las supuestas bondades que se les atribuye, sino por ser bajas en calorías.

La FESNAD(Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética) advierte que las «dietas milagro» podrían aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, varios tipos de cáncer, fallo renal y hepático, así como osteoporosis.

También contribuyen a la adquisición de malos hábitos alimenticios, con la consecuente repercusión a largo plazo.

Diversos estudios nacionales e internacionales destacan que todas las dietas analizadas eran deficitarias en algunos minerales y vitaminas, de modo que su seguimiento podría suponer carencias de micronutrientes, principalmente de calcio, hierro, cinc, magnesio y vitaminas como la A,D, E, riboflavina, niacina oB12.