Aunque el período de incubación del ébola oscila entre los dos y los veinte días, lo más normal es que el enfermo comience a tener síntomas del ébola entre el octavo y el décimo día:

Las personas infectadas por el virus del ébola manifiestan por norma general los siguientes síntomas:

-Fiebre repentina y alta

-Debilidad intensa y dolor muscular

-Dolor de cabeza

-Dolor de garganta

-Vómitos y diarreas

-Erupción cutánea

-Alteración de las funciones renales y hepáticas

-Hemorragias internas y externas

Si se tienen estos síntomas tras haber permanecido recientemente en alguna de las zonas endémicas del virus del ébola es de vital importancia acudir cuanto antes a las autoridades sanitarias para que se nos haga un diagnóstico eficaz.

Diagnóstico del ébola

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Antes de establecer un diagnóstico del ébola hay que descartar otras enfermedades que presentan síntomas similares. como pueden ser el paludismo, la shigelosis, la fiebre tifoidea, el cólera, la peste, las rickettsiosis, la leptospirosis, la fiebre recurrente, la hepatitis, la meningitis y otras fiebres hemorrágicas víricas.

El virus del ébola solo pueden diagnosticarse actualmente a través de las siguientes pruebas de laboratorio, que, por supuesto, tienen que realizarse en condiciones de máxima contención biológica:

-Prueba de inmunoadsorción enzimática

- Pruebas de detección de antígenos

- Prueba de seroneutralización

- Reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR)

- Aislamiento del virus mediante cultivo celular

Tratamiento del ébola

Por ahora no existe una vacuna 100% eficaz contra el virus del ébola. Actualmente y debido al reciente y peligroso brote que asola África Occidental se están probando varias en algunos pacientes como el suero experimental conocido como ZMapp.

Los casos graves requieren cuidados intensivos. Los enfermos de ébola suelen estar deshidratados y necesitar rehidratación por vía intravenosa u oral con soluciones que contengan electrólitos.