El problema de la falta de orgasmos se puede dar en cualquier etapa de la vida aunque después del parto puede deberse a una causa física o a los cambios en la dinámica de pareja asociados a la nueva situación familiar tras el nacimiento de un bebé. Sin embargo, son las causas psicológicas las que explican gran parte de los casos de anorgasmia femenina.

Según explica José Díaz Morfa, psiquiatra y presidente de la Asociación Española de Sexología Clínica, la anorgasmia se define como la incapacidad para alcanzar el orgasmo en la mujer. Puede ser primaria, cuando la mujer nunca ha tenido un orgasmo, o secundaria, cuando han existido orgasmos previamente y estos ya no se producen.

Sus causas pueden ser orgánicas, derivándose de cualquier enfermedad debilitante, después del parto o un problema ginecológico que cause dolor e impida conseguir placer y por tanto llegar al orgasmo.

Según señala el psiquiatra, en la mayor parte de los casos la anorgasmia se debe a causas psicológicas, en cuya base existe una variedad de motivaciones como la dificultad para perder el control, un conflicto en la pareja, un abuso sexual o una educación sexual restringida en la que sexo equivale a pecado.

"Los casos más graves de anorgasmia primaria son pocos y se deben a temas graves como abusos sexuales, abandono durante la infancia, problemas psicológicos o una educación religiosa restrictiva", señala el especialista.

Díaz Morfa apunta que la idea del orgasmo termina por convertirse en algo cultural: lo que hemos visto en las películas, lo que nos ha contado una amiga, en definitiva, una idea que puede no corresponderse con la realidad. "Puede que la mujer no considere sus orgasmos como tales o que su intensidad no llegue a resultar lo que espera", aclara el psiquiatra.

En muchos casos existe una dificultad para comunicar lo que uno desea y es muy común que la mujer consiga orgasmos en la masturbación pero no en su relación con la pareja.

Las complicaciones que se derivan de la anorgasmia son también psicológicas. "Sobre todo afecta a la autoestima de la mujer y a su confianza en sí misma, la pareja suele sentirse rechazada y con poca habilidad en el encuentro sexual. La comunicación en la pareja se vuelve más complicada ya que se traslada a otras áreas de la relación hasta el punto de que se evita la relación sexual", aclara Díaz Morfa.

UN TRASTORNO CON SOLUCIÓN

El psiquiatra señala que en el 90% de las mujeres que acuden a consulta y reciben algún tipo de terapia la anorgasmia se resuelve. "La anorgasmia se considera un trastorno del deseo sexual y es la segunda disfunción sexual femenina más frecuente tras la falta de deseo", apunta.

Cualquier situación emocional tiene su reflejo en la sexualidad ya que a través de ella se tamizan otras emociones. "Cuando se ha producido un divorcio, una separación o incluso una infidelidad, la falta de orgasmo tiene de fondo un sentimiento de abandono y un rechazo a entregarse a la otra persona", explica Díaz Morfa.

En más de un 60% de los casos se trabajan los conflictos afectivos y se necesita ir más allá de los ejercicios conductuales, que también son necesarios en la mayoría de personas que acuden a consulta.

Del 40% de las mujeres que necesita ayuda para superar la anorgasmia sólo un 10% acude a consulta, el resto de estas mujeres puede resolver el problema por si mismas o, lo más común, no resolverlo.

"Muchas mujeres comentan que es difícil encontrar ayuda a pesar de que llevamos años formando a psiquiatras, médicos y psicólogos en materia sexual. A pesar de ello en los últimos años se ha observado un aumento en el número de mujeres que busca esta ayuda", señala Díaz.

El abordaje terapéutico puede ser breve, necesitando entre 12 o 24 sesiones y según el paciente se pueden integrar los distintos modelos teóricos en la terapia sexual sea psicoanalítica, cognitiva o sistémica. En un inicio la terapia puede iniciarse de forma individual para después incluir a la pareja en las sesiones.

El especialista señala que la mejor herramienta de salud en el ámbito sexual es el diálogo con el propio cuerpo. "El cuerpo nos habla y si lo conoces puedes satisfacerlo", concluye Díaz.

EN BUSCA DEL PLACER PERDIDO

El psiquiatra y psicoterapeuta sexual apunta los pasos que intervienen en la resolución de este trastorno:

Establecer un diálogo con el propio cuerpo: consiste no sólo en el conocimiento del propio cuerpo sino también de su aceptación y disfrute. Los ejercicios de Kegel dirigidos a fortalecer el suelo pélvico pueden ser de utilidad percibir las características del organismo ya que supone realizar contracciones que se asemejan a lo que sucede durante el orgasmo que, de forma muy simplificada y en términos físicos, son contracciones musculares.

Disfrutar del propio cuerpo: practicar la masturbación como una forma de conocimiento y para fomentar la fantasía sexual.

Trasladar ese disfrute a la pareja: supone el encuentro de los cuerpos, sensaciones y sentimientos sin incluir la penetración, no se busca el orgasmo y puede darse o no darse.

Aprendizaje sexual: existen posturas que favorecen llegar al orgasmo femenino, son las que promueven que exista un mayor contacto con el clítoris durante la relación sexual.