Es habitual que cuando una mujer se queda embarazada le surjan dudas tanto a ella como a su pareja sobre cómo va a afectar su situación a las relaciones sexuales. El mito que durante el embarazo no se pueden tener encuentros íntimos ha quedado desterrado de nuestras cabezas, siempre que hablemos de un embarazo normal y no existan contraindicaciones médicas.

Por lo tanto, no hace falta renunciar a las relaciones durante nueve meses y por otra parte, no debemos reducir la sexualidad a la práctica del coito: las caricias y la masturbación también cobran vital importancia en esta etapa.

Si bien algunas mujeres pueden perder un poco el apetito sexual por los malestares del embarazo -especialmente durante el primer trimestre-, la realidad es que muchas descubren que en ese periodo les da más deseos de tener relaciones sexuales que antes de la gestación.

Más facilidad para llegar al orgasmo

Durante el embarazo, a causa del aumento del riego sanguíneo el clítoris y el punto G se vuelven mucho más receptivos de manera que es mucho más sencillo alcanzar el orgasmo. Los movimientos espasmódicos del orgasmo, así como el propio semen ayudan a reblandecer el cuello del útero, facilitando la dilatación en el parto.

En cuanto al bebé, los especialistas recalcan que no debe existir miedo de perjudicarlo durante el sexo. El pequeño está bien protegido en todo momento por el líquido de la matriz y por la pared muscular del útero, así que básicamente no tiene idea de lo que hacen sus progenitores.

Las mejores posiciones durante el embarazo son aquellas que protegen el vientre de la mujer, sobre todo en los meses más avanzados: la posición del perrito, la de la cuchara, la mujer sentada encima del hombre son posiciones que no dañan al bebé.

Aunque se recomiendan las relaciones íntimas en un embarazo normal, hay que tener cuidado durante la penetración ya que debe ser más suave, más regulada, no tan profunda?

Mantener una comunicación abierta y afectiva con la pareja durante todo el embarazo es fundamental. Se debe compartir gustos e inquietudes por igual, cosa de poder encontrar la forma de hacerse feliz el uno al otro.

No olvides los detalles

Crear un ambiente propicio ayuda a la hora de tener encuentros románticos: el deseo sexual nace de la mente así que la imaginación es tu límite para el placer. No es indispensable que haya penetración; las caricias y los juegos pueden resultar igual de satisfactorias.

En definitiva, no hay que tener miedo al sexo en el embarazo, puesto que el orgasmo contribuye al proceso del parto, sobre todo cuando éste se retrasa. Además, la estimulación de los pezones también favorece la liberación de oxitocina, hormona que provoca las contracciones.

Disfruta de esta nueva etapa de tu vida y recuerda que el sexo no sólo sirve para procrear; a través de él expresamos nuestro amor y eso beneficia a la pareja y al bebé.