¿Te duele la cabeza cuando llevas un rato con las gafas? ¿Ves borroso? ¿Notas tu vista más cansada de lo habitual? ¿Llegas a marearte algunas veces? A pesar de valorar el estar enfermo, lo que puede suceder es que se pueden tener las gafas mal graduadas. El experto del servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, el doctor Francisco Muñoz Negret, aclara que una persona puede estar tranquila de que tiene las lentes bien graduadas cuando "la visión es nítida en ambos ojos y sin sensación de cansancio, ni de molestias visuales".

Si se percibe una visión borrosa en alguno de los dos ojos, y hay diferencia de calidad de imagen con cada ojo, además de cansancio, dolor de cabeza o en los ojos, enrojecimiento de estos cuando se utiliza la gafas, e incluso lagrimeo cuando se está forzando la vista con las gafas, una persona puede plantearse que tiene mal la graduación.

Sobre cuándo graduarse la vista, el especialista señala que siempre "depende de la edad" y, por ejemplo, en los niños menores de 8 años se debe acudir al menos a una revisión anual o cuando el niño refiera que ve mal, o los padres observen síntomas de alarma (acercarse mucho a los objetos o a la televisión, un mal rendimiento escolar, cefalea por la tarde, entre otros). "En un adulto no hay periodicidad fija. En general cuando el paciente note que su visión con la gafa es peor o que tiene molestias de astenopia (cansancio visual, enrojecimiento, cefalea) cuando usa la gafa", apostilla Muñoz Negret.

¿A partir de qué graduación hay que ponerse gafas?

El especialista resalta que depende del tipo de defecto refractivo: "Un miope de menos de 1 dioptría no suele necesitar usar gafa, pero puede notar dificultad en la visión nocturna, por lo que puede usar lentes de forma ocasional para conducir de noche o cuando acude a espectáculos y la pantalla está muy alejada".

Además, remarca que, por encima de 1 dioptría, la mayor parte de los miopes se benefician del uso de gafas, aunque en miopías entre 1 y 2 dioptrías pueden prescindir del uso de gafa para la lectura o para actividades visuales de visión próxima. En caso de astigmatismo superior a 1 dioptría precisa que, habitualmente, se requiere uso de gafa tanto para visión lejana, como cercana.

Respecto a la hipermetropía, indica que ésta puede compensarse mediante un esfuerzo acomodativo, y sin necesidad de usar gafa en determinados casos. "En niños con menos de 3 dioptrías puede no mandarse gafa si la visión es normal, y si no tiene dolor de cabeza y el rendimiento escolar es bueno. La capacidad acomodativa se pierde con la edad. Por ello, los hipermétropes que no han usado nunca gafas, y que presumen de muy buena visión, empiezan a tener problemas a la hora de ver cuando se aproximan a los 40 años, necesitando gafas de cerca (presbicia) a una edad más temprana de lo habitual y en pocos años precisando gafas para todas las distancias de visión", agrega el también miembro de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).

Muñoz Negrete, que también dirige la revista 'Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología', indica sobre la vista cansada que ésta comienza por termino medio entre los 45 y los 50 años, una edad en la que la mayor parte de las personas necesitan usar gafas al menos para leer.

Cuidado y limpieza de las gafas

A juicio del especialista, es importante evitar que éstas estén rayadas, dado que la calidad de visión disminuye y los haces luminosos pueden dispersarse a través de las áreas rayadas. También ve conveniente tener cuidado con que las patillas de la gafa estén bien ajustadas, dado que si la lente está torcida puede cambiar el eje del astigmatismo y determinar una peor visión. Respecto a la limpieza, depende del tipo de gafa, pero Muñoz Negrete indica que, a nivel general, las que llevan cubierta antirreflectante suelen empañarse con más facilidad.

Sobre si se puede cansar el ojo de llevar gafas todo el día, el experto sostiene que, siempre que la gafa tenga una graduación correcta y está bien indicada, no tiene por qué producir molestias. "Si está hipercorregida, lo que no es raro en miopes, obliga al paciente a realizar un mayor esfuerzo visual y puede provocar astenopia", alerta. Ante la pregunta de cuándo cambiar de gafas, subraya que "cuando se note cambio en la visión o cuando éstas estén deterioradas, rayadas o mal equilibradas".