El paso del tiempo y los avances científicos se han encargado de desmontar muchos de los mitos que durante años se han mantenido vigentes, de generación en generación y transmitidos de padres a hijos (y sobre todo de madres a hijos) en torno a la playa y a los necesarios chapuzones veraniegos.

Ya nadie cree en que una mujer no pueda bañarse si tiene el periodo. O en que para volver al agua tienen que pasar tres horas después de comer para que no se corte la digestión. Ahora, científicos de la Universidad de Málaga (UMA) han probado cómo las cremas solares comienzan a hacer efecto apenas cinco minutos después de aplicarse sobre la piel.

Es decir, que no es necesario embadurnarse media hora antes de tomar el sol. Es un descubrimiento llevado a cabo por investigadores del Laboratorio de Fotobiología y Dermatología de la UMA, que han dado un paso más en materia de fotoprotección.

Lo han demostrado los profesores María Victoria de Gálvez y José Aguilera. Por primera vez, una evidencia que no ha pasado desapercibida para la revista de la Academia Europea de Dermatología, que se ha hecho eco de este estudio con la publicación de un artículo científico de referencia.

Estos investigadores malagueños afirman que los protectores solares son efectivos desde los 5 minutos después de su aplicación en la piel.

Para su desarrollo, los expertos en fotoprotección de la UMA, liderados por el catedrático de Dermatología Enrique Herrera, han utilizado, en primer lugar, técnicas in vitro en laboratorio, desde donde han realizado un seguimiento de la evolución de la crema por simulación solar, a través de medidas de transmisión espectral tras el primer minuto, a los 5, 10 y 30.

«Ya en esta primera fase nos dimos cuenta de que la fórmula se estabiliza y la fotoprotección es homogénea y estable a los 5 minutos de su aplicación», explican los impulsores del estudio, del que se hizo ayer eco la UMA a través de un comunicado.

Absorción estable

No obstante, los investigadores trasladaron estos resultados iniciales a un estudio con voluntarios, mediante técnicas de fotografía con flash de emisión ultravioleta en áreas concretas de la espalda. «Las conclusiones fueron las mismas, y el potencial de absorción de la crema era estable desde el mismo momento», aclaran los investigadores.

Asimismo, estos expertos aconsejan la aplicación de crema solar de alta protección cada dos horas, ya que, por lo general, la cantidad que normalmente se usa no es la adecuada (2 miligramos por centímetro cuadrado de piel) y su distribución no suele ser la correcta.

Los investigadores María Victoria de Gálvez y José Aguilera, en colaboración con la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología, desarrollaron el pasado verano la app UV-DERMA, que calcula el tiempo que tarda en quemarse la piel al tomar el sol.

Tras su éxito, con casi 45.000 descargas, a finales de julio lanzarán una nueva versión traducida a todos los idiomas para su uso en cualquier parte del mundo.

Por otro lado, clásicamente la piel se clasifica en seca, normal, mixta y sensible. Esta clasificación es muy útil a la hora de poder recomendar cremas o tratamiento de forma generalizada.

«Como dermatóloga me gusta mucho más trabajar el término piel sana o piel con algún problema a tratar (retención sebácea, deshidratación, hipersendibilidad, o rojeces, por ejemplo). Una piel sana es una piel bella y equilibrada, y es el objetivo de cualquier tratamiento que ejerzamos», subraya la dermatóloga y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), Sara Carrasco.

«Si una persona tiene constantes apariciones de granitos o de quistes debería consulta su dermatólogo para que resuelva este problema, igual sucedería en casos de hipersensibilidad, de rosácea o de inflamación de la piel», agrega.