Mucho se ha hablado de la delgadez de la Reina Letizia, de su cuerpo musculado y de cómo ha influido en la alimentación del comedor al que acuden sus hijas la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Sin embargo, aunque su silueta ha copado muchos titulares Letizia Ortiz Rocasolano es una mujer a la que se la ve con una gran vitalidad y energía. Pero, ¿a qué obedece esto?

Este verano los brazos de Letizia y su figura ha vuelto a salir a la luz y en gran parte se debe no solo al deporte sino a la alimentación que ha incorporado en su vida. De hecho, según ha podido saber CHANCE por fuentes consultadas, la Reina Letizia cuenta en cocina con chefs especializados en macrobiótica y ayurveda.

María José Arce, consultora macrobiótica en Carmen Navarro nos ha adentrado en el mundo de la macrobiótica, una alimentación equilibrada en la que hay proteína, hidratos de carbono y fibra y alimentos que aporten vitaminas y minerales. ¿Por qué es tan importante? ¿Qué beneficios aporta a nuestro organismo, a nuestro envejecimiento y a nuestra salud? ¿Es una alimentación cara? Un gran desconocimiento invade a gran parte de la población sobre el asunto.

"La nutrición es el pilar de la salud y la macrobiótica es algo más específico basado en una filosofía de vida. Se trata de una alimentación muy viva y entre esos alimentos vivos están los fermentos o que las verduras no tengan pesticidas, y en mantener tu sistema inmunológico al cien por cien a través de una buena alimentación de calidad", explica la también naturopata que ha estudiado en una de las academias más prestigiosas de macrobiótica Escuela de Vida.

A pesar de que se habla de que es una alimentación Carmen Navarro desmitifica ese concepto y nos explica que es lo que nos pasa en nuestro interior y por qué una persona puede parecer más delgada: "No lo es tanto porque tu cuerpo cada vez te va a pedir menos, porque al ser una alimentación viva tu cuerpo está satisfecho. Cuando uno sigue comiendo es porque hay un vacío de algo. Si tú comes lo que tu cuerpo te pide, no tienes necesidad de comer más. Además, en un plato macrobiótico va el hidrato de carbono, la proteína, el vegetal, las semillas, los frutos secos y lo que no falta nunca son las algas y los fermentos y germinados".Las claves que diferencian la dieta macrobiótica del resto

La base de la filosofía macrobiótica es que todas las cosas -nuestro cuerpo, alimentos y lo que nos rodea- están compuestos por el YIN y YANG por lo que en la dieta macrobiótica lo ideal es el equilibrio entre estas fuerzas: "Es una alimentación que aporta mucha vitalidad y energía, influye en la calidad de tu cuerpo, de tu piel, de tu pelo".

Los grandes ejecutivos cuando tiene una reunión importante y necesitan estar concentrados, están durante cuatro días de arroz integral y miso porque te centra y te da energía.

Todo es Ying y Yang, la comida, nuestro estado interior... Lo pequeño está asociado al yang y lo grande al yin, hasta el sexo masculino y femenino: "La mujer es más yin porque somos la madre tierra, somos acogedoras, tenemos hijos y los hombres son más yang porque son más fuerza. La mujer es más constante y los hombres son más cielo. El yin es energía", esto es una de las cosas que más cuesta porque todo es yin y yang aclara la nutricionista.

La dieta macrobiótica se basa en las estaciones y en alimentación equilibrada, en aprovechar los alimentos de temporada y como es comida japonesa 'aprovecha los remedios' que son los fermentos, las semillas y las algas. Esto que parece unos remedios, para nada tiene que ver con el no ir a la farmacia.

"Es un tipo de comida, que ayuda mucho a gente con intolerancias, e incluso para personas con diversas dolencias o cuadros variados como los ataques epilépticos", explica Arce. Pero esta dieta que parece tan moderna, fue desarrollada a principios de los años 20 del siglo pasado por el filósofo japonés George Ohsawa. Osawa tenía el pleno convencimiento que si se come simple y sano se puede vivir en armonía con la naturaleza y sus constantes cambios. Incluso consideraba que esta dieta era la solución para curar y prevenir enfermedades graves como el cáncer una postura que María José Arce expone tras el cuidadoso estudio de la materia: "Hay muchos pacientes de cáncer que llegan de rebote. No quiere decir que sea la solución para curarse. El cáncer es una infección ácida en el cuerpo y si tú 'le das sangre alkalina' le ayudas más. Esto es algo muy extendido en Estados Unidos frente a España que parece un producto de lujo".

Sin embargo, a pesar de que la macrobiótica es cocina con elementos de la tierra basados en comer simple y sano, sí que es cierto que se trata de una comida elaborada, porque es una comida para que tenga todo su sabor. Por eso, una buena solución es cocinar para dos o tres días.

Además, "No solo es importante el alimento que eliges sino que puedes cambiar la calidad energética de ese alimento a través de la cocina, cómo lo preparamos y cómo lo cocinamos". También depende la época del año: "No es lo mismo en tu cuerpo una ensalada n verano que es más fresco y que tiene más movimiento que un estofado en invierno que está a presión proporcionándole otra calidad energética.... Y de hecho las abuelas siempre han cocinado así. En definitiva es darle al cuerpo los alimentos que necesita y los alimentos de temporada".

La creencia de que hay que tomar cinco piezas de frutas al día es incorrecta ya que la realidad serían cinco piezas entre frutas y verduras, mínimo al día. Carmen Navarro nos cuenta por qué la macrobiótica no se empeña tanto en comer cinco piezas de frutas: "Porque la fruta enfría mucho el cuerpo, el ying que es el frío. Eso no quiere decir que no se coma fruta pero no hace falta cinco piezas".¿Qué proporciones deben tomarse cada día para mantener una dieta óptima?

Mª José Arce nos comenta: "El cuerpo con lo que más trabaja es con el hidrato de carbono. En tu dieta tiene que haber de todo en una proporción equilibrada 15-20 de proteína, 20-30 por ciento más de verdura, un 40 por ciento de hidratos de carbono y luego los pickles (encurtidos como el pepinillo), los fermentos, los germinados, los frutos secos".

Las semillas son muy interesantes para la macrobiótica por su alto contenido nutricional. Destacan la chía ya que tiene mucho hierro, el lino porque hace ir más al baño. Sin embargo, nos explican que aun así, todo depende de la persona porque no todos necesitan lo mismo y que lo más importante es la variedad: "No hay que comerse todo, todos los días y además tiene que ser en medidas proporcionadas", puntualiza María José.

En cuanto a la belleza también influye la filosofía macrobióticia ya que según sus defensores: "Tu piel va a tener más calidad, tus ojos van a estar más brillante".

No es de extrañar que sea un concepto de vida ya que además de ser un poderoso antiaging explican lo sano que es si se normaliza en la alimentación: "Cuando estás más equilibrado es cuando más te cuidas, ¿cuándo te cuidas peor? Cuando tienes una ansiedad en el que tiras más de la patata frita, tomas chocolate... Es que la alimentación tiene que ver con un estado de ánimo. Si tú atiendes a qué comes, sabes como estás y tienes más energía por lo que gestionas mejor tu día a día, no hay picos de subida y bajadas que provoca los hidratos de carbono de absorción rápida o el azúcar", además de evitar el tan temido efecto rebote de muchas dietas".

Alimentos como el nabo y las setas son muy buenas para perder grasa. Tomar durante una semana caldo de nabo -hervido, no mucho, como unos 20 minutos- es muy bueno porque trabaja mucho la retención de líquidos sin efecto rebote y después comérselo. "Eso es lo que le pasa a una dieta protéica, que está de uñas porque quiere más hidrato. Para evitar el efecto rebote hay que darle al organismo todo lo que necesita y que sea de muy buena calidad. Hay personas que han perdido peso cambiando y siguiendo esta alimentación ya que defienden que se gana equilibrio, energía y por ende se pierde peso".