El cannabis tiene muchos efectos que terapéuticamente pueden ser útiles. Si bien, por otro lado, se podrían encontrar problemas que pueden surgir por un mal uso recreativo. En España es una droga que no está legalizada. En los tratados internacionales de estupefacientes se encuentra en las listas de sustancias que provocan adicción, junto con los opiáceos, los psicoestimulantes, el tabaco y el alcohol.

Aunque tiene un menor potencial de dependencia y sobredosis que otras sustancias, sí puede presentar riesgos para la salud mental del consumidor. No obstante, todo depende de cómo y de qué se consuma, y en qué cantidad.

En una entrevista con Infosalus, el presidente de la 'International Association for Cannabinoid Medicines' (IACM), el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Manuel Guzmán, explica que el cannabis, como cualquier otra droga o sustancia psicoactiva, actúa imitando la acción de unas moléculas concretas que producimos los seres vivos, y controlan determinados procesos, como el apetito o el dolor, por ejemplo.

Este experto desde hace más de 20 años en el estudio de los mecanismos moleculares de los principios activos del cannabis (los cannabinoides), y de cómo estos actúan en el organismo, señala que dichos compuestos activos imitan la acción de los compuestos cannabinoides endógenos, aquellos que nosotros producimos, y si por ejemplo aumentan el apetito, pues los compuestos del cannabis que consumamos también lo aumentarán. Dice que lo mismo sucederá con sus efectos hipolocomotores, y por tanto su consumo nos relajará.

Así, indica que entre sus usos terapéuticos destaca su poder como analgésico, aparte de ser inhibidor de náuseas y de vómitos en pacientes con quimioterapia, o el hecho de que pueda provocar un aumento del apetito, así como inhibición de una pérdida de peso corporal.

"En el contexto patológico, hay pacientes con cáncer o sida que pierden el apetito y con ello peso, por lo que un consumo terapéutico les puede ayudar. El dolor es el campo donde más se utilizan los cannabinoides, ya que son compuestos analgésicos bastante fuertes. Hay distintos cuadros de dolor de migrañas, fibromialgias, o sobre todo dolor neuropático asociado a cáncer y a enfermedades neurodegenerativas, donde también pueden ser muy útiles estas sustancias", explica el experto. De hecho, subraya que en algunos trastornos neurodegenerativos, por ejemplo, la espasticidad asociada a la esclerosis múltiple se mejora con el consumo cannabis.

5.000 años de consumo

5.000 años de consumoSobre su uso recreativo, el profesor Guzmán se remonta más de 5.000 años atrás. "Entre el 5 y el 10% de los usuarios de cannabis presentan abuso o dependencia, mientras que un 90% no desarrolla un cuadro de abuso", precisa el catedrático de la UCM.

Según indica, está comprobado científicamente que la memoria a corto plazo se pierde en los consumidores habituales de cannabis. "La cuestión clave es hasta qué punto en el uso continuado puede llegar a ser irreversible esa pérdida de memoria. El uso prolongado no afecta significativamente a la memoria a largo plazo, según sostienen algunos estudios. Mientras que la memoria a corto plazo sí se pierde, se puede ver alterada", alerta el especialista.

En cuanto a sus efectos no deseados apunta a manifestaciones psicoactivas, como "los malos viajes", una psicosis, una fobia, una paranoia, o al ataque pánico. "Pueden tener lugar tras un uso agudo, pero afectan a muy pocas personas", advierte el experto.

De hecho, Guzmán indica que hay algunas combinaciones de cannabinoides en la planta que se sabe que favorecen la psicosis; mientras que hay otras que son más seguras en términos de salud mental. Tienen componentes más psicoactivos, como el tetrahidrocannabinol (THC), mientras que el cannabidiol (CBD) es el componente que asegura una mejor tolerabilidad del cannabis, ya que es antipsicótico, ansiolítico y anticonvulsivante.

Por ello, defiende que el THC es el de más riesgo, y hay que dejar muy claro a los consumidores que si van a consumir lo hagan preferentemente a través de una planta segura, las balanceadas entre THC y el CBD; mientras que las más psicóticas o de riesgo salud mental, son las ricas en THC y con poco CBD.