Madres cada vez más mayores, pero también padres. El número de hombres que deciden tener hijos una vez cumplidos los 45 años no ha dejado de aumentar en la Comunitat Valenciana. En los últimos seis años lo ha hecho en un 22,2 %, de 1.998 nacimientos a 2.443, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Si se amplía la horquilla de tiempo, el incremento es aún más significativo. En el año 2001 nacieron 1.066 niños de padres con esa edad. Supone un aumento del 129 %.

El aumento de la esperanza de vida y también de los divorcios está detrás de este fenómeno demográfico. «Hay muchos hombres de edad avanzada que ven que tienen un pronóstico de vida muy largo, rehacen su vida sentimental con otra mujer y por tanto se plantean la paternidad incluso más allá de los 50 años», explica Joaquín Llácer, ginecólogo del Instituto Bernabéu. Significativo es el dato de padres mayores de 65 años en la C. Valenciana. Fueron 19 en 2016, frente a los 9 de 2010.

Pero si hasta el momento se había pensado que, al contrario que las mujeres, los hombres pueden posponer casi ilimitadamente la decisión de ser padres, la ciencia empieza a demostrar que igual que en el caso de las madres, la elevada edad de los padres puede tener consecuencias sobre la salud de la descendencia.

La ginecóloga noruega Liv Bente, de la clínica Spiren, presentó el jueves por la tarde en el Instituto Bernabéu el primer estudio elaborado a nivel internacional con miles de casos en el que se demuestra una correlación entre la edad del padre y el desarrollo en los hijos de trastornos mentales, como el autismo o la esquizofrenia. Según Bente la edad límite se sitúa entre 45 y 50 años. «A partir de ahí se observa una mayor correlación de problemas en la descendencia».

Daños en el ADN

Una de las hipótesis con la que trabajan los investigadores es que cuanta más edad tiene el padre, «aparecen más daños en el ADN de las células que producen los espermatozoides», explica la investigadora. En esa peor calidad del semen influyen tanto causas ambientales, por ejemplo la contaminación, como el estilo de vida, con especial incidencia del tabaquismo o la obesidad.

Para elaborar este trabajo, el primero que se hace con metadatos, los investigadores analizaron 100.000 casos de niños nacidos en los últimos años y tuvieron en cuenta distintos parámetros de salud tras el nacimiento. «En casi todos aparece un peor pronóstico conforme aumenta la edad del padre», afirma Liv Bente. Además de más casos de autismo o esquizofrenia, se ha demostrado una correlación con un mayor número de muertes perinatales y con algunos tipos de malformaciones, especialmente cardiacas.

Sobre otras variables, como el bajo peso al nacer, no se halló una correlación. Aunque en este estudio no se midió la relación entre la edad del padre y su fertilidad, Joaquín Llácer señala que «ya se ha demostrado que sí existe una correlación».

Los riesgos

Para la ginecóloga Liv Bente estos hallazgos abren nuevas vías después de muchos años en los que el foco ha estado centrado en la mujer y su edad. «Es importante de cara a poder darles más información a los hombres para que tengan claros todos los riesgos que asumen cuando deciden ser padres a partir de determinada edad». Para ginecólogos como Joaquín Llácer, aunque actualmente no hay forma de detectar de manera precoz el autismo o la esquizofrenia, «la ciencia avanza muy deprisa y tal vez en un futuro no muy lejano podamos hacerlo. De ahí la utilidad de este tipo de estudios para el campo de la reproducción asistida».

Liv Bente forma parte del grupo de expertos de epidemiología de reproducción asistida en los países nórdicos que destacan por el seguimiento que realizan a los niños nacidos de tratamientos de reproducción asistida.