1. El IVO organiza todos los años unas jornadas sobre la salud del cáncer de mama para mujeres y familiares. ¿Qué temas se tratan en estas jornadas?

R.- Este año hemos celebrado la IV edición de las Jornadas Educación en Salud y Cáncer de mama, que se ha centrado en la importancia de la sexualidad, las distintas opciones de embarazo y la conservación de la fertilidad o el papel del estrés. Además, también se han abordado temas como la manera de recuperar la salud o los avances en el tratamiento y las pacientes han tenido la oportunidad de conocer el papel de las asociaciones y los grupos de investigación en cáncer de mama y de informarse sobre las ayudas e incapacidades derivadas del proceso. Por último, hay asuntos de gran interés como la importancia de la alimentación y de la actividad física que las pacientes solicitan en todas las ediciones.

En el IVO diseñamos las jornadas en torno a los temas que más interesan a las pacientes que, a través de encuestas, sugieren los asuntos que más les preocupan. Concebimos estas jornadas como un espacio de comunicación entre profesionales médicos y pacientes en el que resolver todas las dudas con rigor e información de calidad.

2. La actividad física es muy importante para prevenir este tipo de tumor. Los datos son muy claros. Las mujeres cuya vida diaria es sedentaria tienen un 71% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama que las que practican ejercicio. ¿Qué beneficios físicos aporta el ejercicio?

R.-. Como todos sabemos, la actividad física reduce el riesgo de padecer muchas enfermedades y afecciones crónicas en la población general, como las cardiopatías coronarias, los derrames cerebrales, la hipertensión, la diabetes de tipo 2, el colesterol elevado, la osteoporosis o la depresión. Además el ejercicio reduce también la probabilidad de aparición de cáncer colorrectal y, entre las mujeres, de cáncer de mama y cáncer de endometrio, que figuran entre los más comunes en Europa.

Pero además los beneficios que aporta la actividad física en el caso de mujeres ya diagnosticadas de cáncer de mama son muy importantes. En estas pacientes el ejercicio fortalece el sistema inmunitario, ayuda al corazón, disminuye la sensación de fatiga y también contribuye a alcanzar y mantener un peso saludable. En definitiva, ayuda a mejorar la calidad de vida y a aumentar la supervivencia.

Es tal su papel protagonista que el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) ha propuesto recientemente una definición específica para el ejercicio físico oncológico como "aquel ejercicio pautado por un profesional, que se realiza para reducir o prevenir los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos de manera individualizada, y que, por sus efectos globales en el organismo, mejoran la salud, la calidad de vida y la supervivencia de las pacientes".

3. ¿Qué deportes recomienda a las pacientes con cáncer de mama?

R.- Mejor que hablar de deportes en concreto, me gustaría hablar de estilo de vida. Se debe incorporar y mantener en el día a día aquella actividad física que sea compatible y sostenible con la rutina. Cada paciente es única y tiene su propia historia y, por tanto, hay que personalizar la actividad más adecuada a sus necesidades y hábitos, siempre en coordinación con su médico habitual y guiada por un equipo interdisciplinar.

Las recomendaciones de la OMS para pacientes con cáncer afirman que las personas adultas deben practicar al menos 150 minutos a la semana de ejercicio físico de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad vigorosa, sabiendo que la actividad debe realizarse en intervalos de, al menos, 10 minutos de duración.

Si queremos obtener beneficios adicionales, se recomienda incrementar la actividad física aeróbica de manera gradual hasta alcanzar los 300 minutos semanales de actividad física moderada o los 150 minutos de actividad vigorosa o cualquier combinación entre ellas que resulte equivalente.

4. ¿Alguna precaución o contradicción en la actividad física para pacientes con cáncer de mama?

R.- Quiero insistir en la importancia de acudir a profesionales bien formados que pueden asesorar a las pacientes en la práctica del ejercicio, ayudando a superar cualquier barrera para realizar actividad física de la manera más idónea y segura según cada caso.

5. Habéis comentado en las Jornadas la puesta en marcha de un estudio sobre los beneficios de la actividad física en nuestro entorno ¿en qué consiste el proyecto?

R.- Es un estudio piloto que estamos realizando en colaboración con el Hospital La Fe y con el impulso de la Fundación Trinidad Alfonso. El estudio trata sobre el importante papel que puede tener un programa de ejercicio físico bien diseñado y guiado por un profesional en la adherencia de las mujeres a la realización de ejercicio.

El papel beneficioso del ejercicio en las pacientes con cáncer de mama ya está demostrado. El objetivo de este estudio es contribuir a incrementar la actividad física de esta población, reduciendo las cifras de sedentarismo. En el estudio se enseña a las pacientes, desde el rigor y la profesionalidad, cómo incorporar el ejercicio en su vida y, sobre todo, a mantenerlo en el tiempo de acuerdo a las condiciones de cada una.

Estamos ilusionados con el estudio porque creemos que puede ser de mucha utilidad para acercarnos a la realidad de nuestro entorno. Nos va a permitir conocer de primera mano las barreras que tienen las pacientes para encontrar la manera idónea de motivarlas en la práctica habitual de actividad física, con el fin de lograr que el ejercicio se convierta un aliado terapéutico para todas ellas.

Las mujeres que participan en el estudio realizarán doce sesiones de entrenamiento, diseñadas específicamente para este grupo de pacientes, a lo largo de seis semanas y dirigidas por un licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Posteriormente se realizará un seguimiento de todas las participantes con el fin de comprobar si el grupo protagonista de un programa cuidado presenta mayor adherencia a la actividad física y ha sido capaz de establecer una rutina de actividad individualizada basada en los conocimientos adquiridos en las sesiones guiadas. Esta actividad se desarrollará en las instalaciones del Centro deportivo La Patacona, con la colaboración de GEPACV (Gestors Esportius Professionals, Associació de la Comunitat Valenciana) y el impulso de la Fundación Trinidad Alfonso.

6. ¿Existe relación entre la obesidad y el cáncer de mama?

R.- Sabemos que la obesidad es la segunda causa prevenible de desarrollo de cáncer tras el consumo de tabaco. Debemos prevenirla y si está establecida ayudar a mejorarla. En el cáncer de mama la obesidad es además de un factor de riesgo, un factor pronóstico desfavorable.

Por tanto, debemos insistir en la importancia que tiene mantenernos en un peso saludable, considerándolo como aquel peso en el que se tiene menor probabilidad de presentar los trastornos que puede causar el exceso de grasa corporal.

7. ¿Cómo ayuda la actividad física a reducir la obesidad?

R.- Tenemos claro que es una poderosa herramienta y una aliada indiscutible de una dieta adecuada. Actividad física adecuada y peso saludable constituyen dos de las doce formas propuestas en el Código Europeo contra el Cáncer para reducir el riego de padecer cáncer.

8. La alimentación también influye. ¿Qué tipo de alimentos son recomendables y cuáles conviene evitar?

R.- La alimentación saludable que contribuye a protegernos contra el cáncer es similar a la que se recomienda para reducir el riesgo de otras importantes enfermedades crónicas, como la diabetes o las cardiopatías.

Según el Código Europeo contra el cáncer una alimentación saludable es aquella en la que se consumen preferentemente alimentos de origen vegetal. Una dieta compuesta de muchas frutas y verduras, algunas legumbres, pan integral y otros alimentos feculentos, como pasta o arroz, cantidades moderadas de carne magra, pollo, pescado y lácteos parcialmente descremados, o bien alternativas vegetarianas. Puede incluir también pequeñas cantidades de aceites vegetales (p. ej., de oliva), frutos de cáscara y semillas y un poco, o nada, de sal.

Me gustaría concluir recordando la importancia del estudio EpiGEICAM, realizado en nuestro entorno sobre mujeres con cáncer de mama y sus hábitos de vida. Este trabajo demostró que el consumo de productos de la "dieta mediterránea" puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama hasta en un 30%. Según el estudio, hasta el 13,8% de los casos podrían evitarse si las mujeres inactivas dejaran de serlo, por lo que la asociación de dieta y ejercicio se presenta como un pilar de la prevención primaria.