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ANÁLISIS EXPERTO

En la mente de un psicópata

La definición y origen de la psicopatía ha creado un debate histórico: ¿Es una enfermedad psiquiátrica?

La psicopatía está rodeada de mitos. SHUTTERSTOCK

"Y ahí estás. Todas tus cuentas son públicas. Quieres que te vean, te oiga, te conozcan. Te estoy muy agradecido por ello. Creo en el amor a primera vista pero el amor es complicado. ¿Podemos ser realistas? No eliges bien a tus amigos. Voy a ayudarte a conseguir la vida que mereces. No soy un tal vez. Soy el indicado".

Sacado de contexto, este diálogo interno podría ser lo equivalente a una declaración de amor en toda regla, pero si el monólogo se da mientras el protagonista del mismo ojea las redes sociales de una desconocida y a su vez averigua dónde vive para poder ir a vigilarla desde la calle frente a su casa, ¿qué pensarías? Es un psicópata.

La serie 'You' de Netflix se ha convertido en los últimos meses en la comidilla para un debate abierto que incluso ha dividido a la opinión pública. ¿Su protagonista (Penn Badgley) es un psicópata? ¿Es un acosador? ¿Está loco? ¿Es la psicopatía una enfermedad mental?

Son muchas las definiciones científicas y médicas que se han dado a la psicopatía a la lo largo de la historia. También muchas las teorías. No existe un acuerdo unánime entre profesionales para definirla. Karpman (1961) describió al psicópata como un individuo insensible, emocionalmente inmaduro, desdoblado y carente de profundidad, con emociones simples, sin capacidad para experimentar ansiedad o miedo, y sin la posibilidad de que las recompensas o castigos ejerzan efecto alguno sobre su comportamiento. Cleckley (1941), por su parte, aseguró que el síntoma básico de la psicopatía es la deficiente respuesta afectiva hacia los demás, lo que explica el comportamiento antisocial que manifiesta el individuo.

"El término psicopatía es antiguo y procede de la psiquiatría francesa para designar a aquellas personas que, sin ser unos auténticos enfermos mentales, carecían de censuras morales y por lo tanto obraban de forma fría y sin escrúpulos", explica el Doctor José Cabrera, psiquiatra forense. "Hoy, el término científico es el de Trastorno Disocial de la Personalidad, por lo tanto, no hablamos de un trastorno psiquiátrico o enfermedad auténticamente, si no una forma de ser. Estas personas no pierden el contacto con la realidad ni tienen pensamientos anómalos (delirios), como sí ocurriría en aquellos que presentan un Trastorno Psicótico", añade.

"Suelen cometer delitos aquellos que tienen pocas o ninguna sujeción familiar, los que andan con apreturas económicas o aquellos cuyos impulsos son excesivamente incontrolables"

Doctor José Cabrera

La mente del psicópata sigue siendo un misterio para muchos profesionales, sobre todo a la hora de que se detecte, de ahí que el Doctor Cabrera asegure que "no hay datos ciertos en ninguna estadística respecto a las personas que pueden presentar este tipo de personalidad, ya que en su mayoría no pasan por ningún filtro sanitario". Porque más allá de los reconocidos después de procesos judiciales y al ser ingresados en cárceles, el psicópata puede pasar desapercibido, vivir una vida normal, en definitiva, ser una persona totalmente integrada.

"Solo un porcentaje de tales personalidades cometen delitos. Suelen cometer delitos aquellos que tienen pocas o ninguna sujeción familiar y/o socio laboral, o aquellos que andan con apreturas económicas o, finalmente, aquellos cuyos impulsos son excesivamente incontrolables", desgrana Cabrera, que además añade que "recordemos que no hay dos Trastornos Disociales iguales, ni dos perfiles vitales iguales. Las circunstancias marcan muchas veces el paso a la acción criminal".

Sin empatía

Así pues, estas personalidades sí que se caracterizan por algunos rasgos comunes. Según el psiquiatra forense, fundamentalmente se resumen en "una forma de ser rara y extraña respecto a lo normal; una frialdad de ánimo general; gran impulsividad (a veces explosividad); dificultades para aprender con la experiencia (en particular con estímulos adversos); búsqueda permanente de sus placeres personales y finalmente poca o ninguna empatía afectiva con los demás".

"Hay personalidades así en algunos puestos sociales de relevancia, como en política", dice el doctor

Aunque esto no provoca que su día a día no pueda ser totalmente normal. Según algunos de los estudios realizados en los últimos años, hasta un 1% de la población es psicópata. Quién sabe. Lo cierto es que según Cabrera "hay personalidades así en algunos puestos sociales de relevancia (política, multinacionales y banca), donde suelen triunfar precisamente por no considerar a los demás como seres humanos".

Pero, ¿cuáles son los mayores mitos y leyendas en torno a la psicopatía?

Hay de todo. Desde preguntas enrevesadas que prometen ser el perfecto Carbono 14 para la detección de psicópatas, hasta pensar que cuando a una persona no se le pega el bostezo es porque carece de total empatía hacia los demás y por lo tanto lo es.

"Los mitos fundamentales y que no se corresponden con la realidad son: que son grandes asesinos (sobre todo en serie); que carecen por completo de afectividad; que son muy inteligentes; que no pueden convivir en sociedad, y que resultan fáciles de identificar", dice Cabrera, que termina con un "nos queda mucho aun por aprender".

Infografía: Izaskun Garaizabal

Además, Cabrera define como "leyenda urbana" el dicho de que no pueden sentir emociones. "En varias ocasiones hemos visto este tipo de personalidad con gran querencia por familiares directos, en especial las madres o el sexo femenino, y a veces tienen grandes relaciones con un animal de compañía", afirma, "aunque lo emocional es muy básico en estas personas y la frialdad sentimental suele ser la norma".

Más allá de todo esto, se sigue sin comprobar científicamente que haya agentes externos que desemboquen que una persona acabe siendo un psicópata y mucho menos, que haya una cura para tal modo de ser. "Hay teorías para todos los gustos. Unos dicen que tiene un componente genético, otros que se adquiere en vivencias infantiles traumáticas o con familias complicadas, o la mezcla de ambos elementos. La verdad es que no sabemos cómo, cuándo o el porqué de la psicopatía, pero la experiencia nos indica que se ve venir desde lejos y cristalizan cuando el sujeto es ya adulto a partir de los 18 años aproximadamente", asevera el doctor.

"Por otro lado, lo que no es una enfermedad no puede curarse por definición, y en este caso por supuesto que no hay cura. Podríamos mitigar los impulsos, hacer que durmieran mejor, bajar los grados de ansiedad, y ayudarles a formar conductas más positivas hacia los demás, pero radicalmente no estamos ante algo curable", sentencia.

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