El sexo es un terreno abonado a la imaginación y abierto a la innovación, una esfera en la que experimentar puede ser la clave para mantener la llama de la pasión en pareja... aunque sea con frío. Porque una nueva técnica basa la estimulación en una bajada brusca de la temperatura en la zona genital.

Posturas nuevas, lugares diferentes, juguetes sexuales... Las posibilidades son muy amplias, pero las ganas de probar experiencias distintas hacen que surjan ideas a veces sorprendentes. Una de las que en los últimos tiempos ha adquirido cierta repercusión es la de la llamada 'niebla del amor'.

Esta opción, que busca un mayor placer tanto en el hombre como en la mujer, consiste en la congelación de los genitales con nitrógeno líquido para la práctica sexual. El chorro de vapor necesario, del que toma el nombre la técnica, alcanza hasta los 180 grados bajo cero. El objetivo es estimular la zona con una bajada brusca de temperatura que dilataría los vasos sanguíneos, mejoraría el flujo sanguíneo y podría generar un aumento de las endorfinas.

Con esta idea que promete, en definitiva, aumentar los niveles de deseo sexual, algunas clínicas de Reino Unido incluyeron entre sus servicios este tratamiento, que no todo el mundo puede permitirse en su casa, hace ya dos años.

Quienes defienden el método como una forma efectiva y diferente para disfrutar del sexo aseguran también que esta congelación temporal de la zona genital hace que adquiera un aspecto más juvenil y con mejor aspecto por un teórico aumento del colágeno.

A falta de un respaldo científico, esta técnica puede ser efectiva en función de la respuesta personal de cada cual. Al fin y al cabo, ya son conocidas las posibilidades del frío, por ejemplo en forma de cubitos de hielo, en el juego de las relaciones sexuales.

La crioterapia, un método usado por deportistas

La crioterapia comenzó a utilizarse en el deporte de élite años atrás. Los defensores de esta técnica aseguran que favorece la circulación sanguínea y permite recuperarse de los esfuerzos después de la competición.

Según la misma teoría, el enfriamiento rápido de zonas concretas ayuda a mejorar los procesos metabólicos, consume calorías, disminuye la fatiga y estimula el sistema inmunológico.