Un equipo de investigación suizo-alemán de Berna y Bochum ha lanzado una prueba de anticuerpos contra el COVID-19 y no tiene altos requisitos de bioseguridad. Los investigadores han publicado su informe en la revista 'Vaccines'.

Para detectar los anticuerpos contra el SARS-CoV-2, los investigadores utilizaron otro virus que no se propaga. Intercambiaron la proteína de la envoltura de este virus por la proteína de punta del nuevo coronavirus, que media la entrada del virus y la infección.

Para determinar la cantidad de anticuerpos, los investigadores modificaron genéticamente el virus para que las células infectadas produjeran una proteína verde fluorescente y una luciferasa, una enzima de las luciérnagas. "Después de una sola ronda de infección, podemos entonces determinar cuántas células muestran fluorescencia verde", explican.

Cuantas menos células verdes encuentren los investigadores, más anticuerpos neutralizantes estarán presentes que bloqueen el virus. Además, se puede utilizar un luminómetro para leer la señal de luminiscencia producida por la enzima luciferasa, otra forma de evaluar la prueba.

Para comprobar la fiabilidad y comparabilidad con la prueba de neutralización convencional, los investigadores la aplicaron a muestras de sangre de pacientes de COVID-19. "La comparación directa mostró una buena correlación entre los dos sistemas de prueba", detallan. En comparación con las 56 horas de la prueba convencional, la nueva prueba es mucho más rápida, con solo 18 horas para el resultado de la prueba. Otra gran ventaja es que se puede realizar en casi todos los laboratorios médicos, ya que no se necesitan sofisticadas precauciones de seguridad.