Una investigación ha constatado que utilizar dispositivos electrónicos durante la noche, junto con un nivel de claridad elevado mientras se duerme, puede influir en el parto prematuro.

El trabajo, desarrollado por investigadores de la Universidad de Oviedo y publicados en la revista Journal of Ambient Intelligence and Humanized Computing, revela que la alteración de los ritmos biológicos provocada por estos factores tiene más peso para desencadenar un parto prematuro que algunos de los ya conocidos como el índice de masa corporal.

Según ha detallado la institución académica, el personal investigador también ha comprobado que trabajar a turnos puede actuar como otro factor desencadenante.

La investigación ha analizado mediante inteligencia artificial -en concreto, aprendizaje automático- los casos de 380 embarazadas atendidas en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), de las cuales 157 finalmente tuvieron un parto prematuro y 223 a término.

La novedad del trabajo radica en que, además de aspectos clásicos como el índice de masa corporal, la ganancia de peso, la ingestión de alcohol o si la madre es fumadora, se han abordado los hábitos relacionados con el sueño y la exposición a la luz.

Así, se han tenido en cuenta la hora a la que la madre se despierta cada día de la semana, si utiliza dispositivos electrónicos después de apagar la luz, si tiene la luz o el televisor encendido en torno a la medianoche, el número de interrupciones del sueño durante la noche, las horas de sueño en días laborables y festivos, el nivel de luz mientras duerme o si trabaja a turnos.