Mucho se habló en la primavera del 2020 sobre el supuesto “baby boom” que traería consigo la crisis del coronavirus. Parecía que las estrictas medidas de confinamiento llevarían a muchas parejas a “aprovechar” el tiempo en casa para procrear. En cambio, ahora que ya ha pasado más de un año de aquellos augurios, observamos que los datos de natalidad apuntan en la dirección opuesta. No solo no ha habido un “baby boom” sino que los nacimientos se han desplomado.

En el caso de España, las cifras son las más bajas jamás registradas. En diciembre y enero se inscribieron 13.141 recién nacidos menos que en las mismas fechas del año anterior, una caída del 22,6%. Una bajada similar se ha registrado en países del entorno. ¿Qué ha ocurrido? 

Ruptura en las parejas

La respuesta es compleja y tras ella hay, para empezar, un cúmulo de factores económicos y sociales. Partimos de que, por lo general, las familias posponen la idea de tener hijos cuando reina la incertidumbre y se tambalea su estabilidad laboral, económica y vital. La pandemia también frenó los tratamientos de reproducción asistida y los flujos migratorios, algo que puede tener incidencia directa en el número de alumbramientos. Pero es que, además, y al contrario de lo que se pudiera pensar en un inicio, esta crisis ha hecho que tengamos menos (y peor) sexo en pareja.

La publicación científica International Brazilian Journal of Urology ha publicado recientemente un informe sobre el Impacto de la pandemia de la covid-19 en el comportamiento sexual de la población, que muestra que, en España, un 23% de la población habría disminuido su actividad sexual, frente a un 7% que la habría aumentado. 

“Puede que haya algún caso en el que el hecho de pasar más tiempo juntos haya ayudado en el plano sexual, pero en general ha ocurrido lo contrario y los efectos han sido negativos tanto en la actividad como en el deseo sexual. Pasar de estar libres y felices a estar prácticamente encerrados todo el día en casa, conviviendo, sin espacio propio, sin poder salir para airearse… ha sido una prueba muy dura para muchas parejas. Si ya había problemas de pareja antes, probablemente estos se han agravado y acabado por explotar. Por eso la pandemia ha dejado muchas parejas tocadas, algunas de ellas ‘tocado y hundido’”, reflexiona la experta en sexualidad Sylvia de Béjar.

Impacto en el deseo sexual

Es lógico pensar que cuando existe un problema de fondo en la pareja, la excitación sexual ocupe un segundo (o nulo) plano. Pero es que, además, explica la sex coach, “el deseo necesita que haya interés, que haya un juego, una novedad” y tiene como enemigos “el estrés, el miedo, la duda, el desasosiego, la ansiedad, la depresión y la incertidumbre”, tan presentes en los últimos meses.

No es fácil, “esta situación desanima a cualquiera”, reconoce de Béjar, pero hay un trabajo personal que las personas que viven bajo el mismo techo pueden hacer para mejorar la situación, desde “ser más innovadores y creativos y buscar alicientes como las 'apps' para jugar, por ejemplo” a “programar el sexo”. Y se explica: “Somos muy poco realistas y con el cuento de que el sexo debe surgir de manera espontánea, nos hacemos daño. La gente quiere que la mera visión del otro le ponga, pero muchas veces y, más cuando estás encerrado en casa con tu pareja, los hijos, teletrabajando… no sucede y, por eso, programar es la única manera de que se produzcan esos encuentros”. No se trata de verlo como una obligación sino de poner de nuestra parte y concedernos ese rato de placer que todos necesitamos

Para que se produzca un 'baby boom' es preciso vislumbrar un futuro prometedor y esto es algo que, a pesar de las vacunas, aún no aparece en el horizonte. Pero mientras llega la ansiada inmunidad y se recupera la confianza para traer hijos al mundo, no está de más poner en práctica estos consejos para mejorar la vida sexual y ganar en bienestar emocional y físico. Porque no olvidemos que mantener relaciones sexuales es bueno para la salud y que, al igual que cuidamos otros aspectos como nuestra dieta o hacemos ejercicio, debemos preocuparnos también por alimentar y ejercitar nuestra libido y, así, dar pie al sexo. No solo mejorará el vínculo con la pareja sino que se reducirán las emociones negativas, se atenuarán los efectos del estrés y la fatiga y nuestro sistema inmune saldrá reforzado