Disminución de plaquetas, disminución de los glóbulos blancos con infecciones cada vez más frecuentes y frío. Destrucción de glóbulos rojos y anemia. Dificultad respiratoria y palidez de la piel, anemia aplásica y hemolítica. Hemorragias nasales y cutáneas e incapacidad para cicatrizar. Insuficiencia renal, fallo severo del hígado. Adormecimiento general, fatiga y hasta en algunos casos meningitis aséptica con rigidez en cuello, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, fiebre o desorientación. ¿Quién querría exponerse a estos síntomas y riesgos? ¿Quién se atrevería a administrarse un medicamento que tuviera alguna de estos efectos secundarios, aunque fueran muy raros? La respuesta es cuanto menos paradójica teniendo en cuenta que en 2019 se vendieron en España más de 40 millones de cajas del fármaco que está detrás de estos posibles efectos adversos.

Ibuprofeno

No se trata de ningún fármaco experimental recién aprobado ni obviamente de ninguna vacuna. Este listado de raros o muy raros efectos adversos es el que detalla el prospecto de una caja de ibuprofeno de 600 mg recubierto. Se trata de uno de los fármacos más vendidos en el país, más seguros y que más consumen casi a diario los españoles para acabar con dolores de cabeza, dolores musculares, fiebre o migraña, siempre y cuando se disponga de prescripción médica. Al igual que con el ibuprofeno, cualquier fármaco puede desencadenar efectos adversos en mayor o menor medida no deseados en los pacientes. Estos efectos son el estreñimiento, la diarrea, los mareos o los zumbidos en los oídos. Asimismo, en su prospecto se puede leer que "los medicamentos antiinflamatorios como ibuprofeno se pueden asociar con un pequeño aumento del riesgo de sufrir un ataque al corazón o ictus, en especial cuando se utiliza en dosis altas".

Desde el paracetamol, al ácido acetilsalicílico (la aspirina), pasando por los fármacos para controlar las reacciones alérgicas o, por ejemplo, los antidepresivos, anticoagulantes para facilitar la circulación sanguínea en caso de infarto... cualquier formulación química tiene sus riesgos y antes de salir al mercado ha sido correctamente estudiada y valorada sin perder por ello su seguridad.

Paracetamol

Asimismo, el paracetamol ha sido asociado al desarrollo de neutropenia, agranulocitopenia, pancitopenia y leucopenia. En ese sentido, también se han detectado náuseas, vómitos, dolores epigástricos, somnolencia, ictericia, anemia hemolítica, daño renal y hepático, neumonitis, erupciones cutáneas y metahemoglobinemia.

Omeoprazol

El omeoprazol, un medicamento que actúa como protector de estómago, tiene como efectos secundarios como el dolor de cabeza, diarrea, dolor de estómago, náuseas o mareos. Estas sensaciones están registradas en más del 1% de quienes lo toman.

Al igual que sucede ahora con la vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca, el beneficio de todo este arsenal farmacológico supera con creces los riesgos que en un porcentaje muy bajo entrañan. En el caso de la vacuna de AstraZeneca, la Agencia Europea del Medicamento ha detectado 86 casos de trombos relacionados con su administración sobre un total de 34 millones de vacunados en Europa y Reino Unido. De ellos han fallecido 18 personas.

Un tromboembolismo por cada medio millón de vacunados de AstraZeneca

Estas cifras dejan la estadística de estos tromboembolismos extraños en mucho menos de 1 caso por cada 10.000 vacunados. De hecho, el porcentaje de pacientes que han desarrollado estos accidentes vasculares relacionados por una súbita bajada de plaquetas y la aparición de trombos tras la primera administración de la vacuna apenas supera el 0,025 de cada 10.000 vacunados. Es decir, un tromboembolismo tratable por cada medio millón de vacunados.

En cuanto a la mortalidad, las cifras con las que trabaja la EMA arrojan unas ratios del todo bajísimas. 18 fallecidos de un total de 34 millones de personas vacunadas supone 1 fallecido por cada 2 millones de personas que han recibido la primera dosis de esta vacuna.

En el caso, por ejemplo del ibruprofeno, el prospecto detalla que el consumo de este fármaco podría desencadenar una meningitis aséptica, o una prolongación del tiempo de sangrado, fotosensibilidad a la luz solar extrema o lesión hepática severa a razón de un caso por cada 10.000 pacientes.