La pandemia del coronavirus podría suponer un "retroceso para la igualdad de género" en oncología, ya que las mujeres oncólogas han sufrido en mayor proporción las consecuencias de esta crisis sanitaria en su vida personal, familiar y profesional.

Así lo asegura el doctor Andrés Cervantes, director del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de València, y presidente electo de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), en una editorial de la publicación ESMO Open, en la que alerta del impacto de la covid-19 en las mujeres oncólogas.

Además, destaca la necesidad de impulsar más medidas transformadoras que garanticen la igualdad de género, según informa este martes el Incliva.

Cervantes muestra su preocupación por los resultados de la encuesta realizada por el Comité de Mujeres de Oncología -Women for Oncology (W4O)- de la ESMO sobre el impacto de la pandemia en la vida de los oncólogos.

"Confirman lo que algunos temían: que la carga ha recaído desproporcionadamente sobre nuestras compañeras, con implicaciones preocupantes para sus futuras trayectorias profesionales y la igualdad de género en nuestra profesión", asegura.

Se refiere a la reorganización de los servicios médicos como consecuencia de la pandemia, que, a menudo, se ha traducido en un incremento de la carga de trabajo y en condiciones laborales más difíciles en la práctica clínica.

A ello se han sumado obligaciones adicionales en casa para muchas personas, como consecuencia del cierre de escuelas, guarderías y servicios de salud no urgentes.

Así, casi tres cuartas partes de las 649 personas que respondieron la citada encuesta eran mujeres, y Cervantes considera que, "desafortunadamente, refleja las bajas tasas de participación masculina observadas anteriormente en las actividades del Comité W4O y en las discusiones del Foro W4O en el Congreso anual de la ESMO".

"Muestra, una vez más, que los hombres no están lo suficientemente comprometidos con las cuestiones de género, aunque estas son importantes para toda la comunidad oncológica", asevera.

Las mujeres, en general, dedicaron menos tiempo que los hombres al autocuidado durante y después del período de confinamiento, pero también trabajaron con mayor frecuencia más horas en tareas de laboratorio y de hospital.

Además, según la encuesta, más de un tercio de las mujeres dedicaron menos tiempo a la ciencia durante la crisis sanitaria en comparación con solo un cuarto de los hombres.

Cervantes considera necesario investigar los factores que conducen a esta disparidad: "No podemos permitirnos perder la contribución de mujeres con talento al desarrollo y los avances en todos los aspectos de nuestra profesión".

Desde ESMO impulsan medidas para garantizar la igualdad de género como el premio ESMO Women for Oncology, que se entrega cada año a una persona que haya contribuido a apoyar el desarrollo profesional de las mujeres que trabajan en oncología.

También iniciativas del Comité W4O, como la orientación sobre la creación y el funcionamiento de redes de mujeres locales a través de su W4O Hub, una comunidad donde las mujeres que trabajan en oncología pueden encontrar apoyo para traducir problemas universales en debates nacionales o regionales.

La ESMO también se compromete a permitir que más mujeres con talento asciendan en los rangos promoviendo el acceso equitativo a programas de desarrollo profesional y a fomentar la inclusión en toda su organización.

Cervantes subraya que el 50 % de los miembros de la Ejecutiva de la ESMO corresponde a mujeres, frente al 20 % en el año 2000, pero recuerda que los hombres superan en número a las mujeres en los consejos de administración de la mayoría de organizaciones y sociedades de oncología en Europa y en todo el mundo.

"Aún queda mucho por hacer y estos nuevos datos deberían servir como un claro recordatorio de que el progreso no es irreversible. No podemos tolerar que esta crisis, o las que vendrán, impongan un precio más alto a nuestras compañeras", defiende.