El corazón es el músculo más fuerte del cuerpo. No descansa nunca, despiertos o dormidos sigue trabajando para que la sangre se mantenga en movimiento dentro del organismo. No obstante, según apunta la Fundación Española del Corazón, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo.

De hecho, las estimaciones apuntan a que esa cifra crecerá y alcanzará los 23 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares en 2030.

En España, cada año fallecen 120.000 personas por estas causas, siendo las mujeres respecto a los hombres el colectivo que más sufre sus consecuencias; en especial, a partir de los 50 años

La doctora Catheline Lauwers, jefa del servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud de València, hospital referente en el tratamiento de la patología cardiovascular, explica que “en el origen de la mayoría de las enfermedades cardiovasculares se encuentra la arteriosclerosis, una dolencia causada fundamentalmente por la obstrucción de las arterias debido al depósito de colesterol, la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo o la herencia genética". 

Pese a estos condicionantes, es las enfermedades de las arterias coronarias pueden tratarse a través de una intervención denominada bypass. Concretamente, en aquellos casos en que existe una estrechez o una oclusión de la arteria coronaria que impide el riego sanguíneo a una parte del corazón. Pero, ¿en qué consiste?

El bypass es un injerto para sustituir a un segmento de arteria coronaria enferma.

Cómo se realiza un ‘bypass’ coronario

La cirugía de bypass coronario se divide en dos fases:

  • Obtención de injertos. Estos injertos serán utilizados como sustitutos de las arterias coronarias y se obtienen, fundamentalmente, de la arteria mamaria —arteria que corre paralela al esternón—, la vena safena —recorre la cara interna de la pierna— y la arteria radial, conocida coloquialmente como la arteria del pulso.
  • Colocación de injertos. En este punto se procede a colocar los injertos de forma que obtengan sangre de una porción sana del árbol vascular para llevarla  mas allá de la lesión coronaria. Para ello, se puede realizar mediante la utilización del soporte de circulación extracorpórea (CEC), mediante el que se para el corazón, o mediante el bypass sin CEC, una técnica mínimamente invasiva.

Cabe destacar que, antes de someterse a la cirugía, el paciente requiere un exhaustivo estudio cardiológico

El ‘bypass’ permite sustituir segmentos dañados de la arteria coronaria. ED

Se ha de realizar, como puntualiza la doctora Lauwers, un cateterismo cardíaco con coronariografía y una ecografía cardíaca para evaluar tanto la función cardíaca como para descartar la existencia de otras patologías, como enfermedades de las válvulas, en cuyo caso deberán ser reparadas en el mismo acto quirúrgico. 

En el Hospital Quirónsalud València, además, también se realiza un estudio del árbol vascular si existe sospecha de arterioesclerosis a otros niveles y, por supuesto, una valoración por parte del equipo de anestesia que va a participar en la intervención.

‘Bypass’ o Stent: principales diferencias

El Stent, a diferencia del bypass, consiste en la dilatación y colocación de un soporte que ayuda a la coronaria a permanecer abierta, es lo que se denomina una angioplastia.  Esta una técnica que se realiza a través de un catéter

“La gran mayoría de las enfermedades coronarias actuales se benefician de un tratamiento con Stent”, explica el doctor Juan Martínez León, cirujano cardíaco consultor de Quirónsalud València

“Ambas técnicas —angioplastias y cirugía— tienen el mismo fin, llevar sangre a una porción de coronaria más allá de una estenosis. Son técnicas complementarias, nunca competitivas”, puntualiza.

Vida tras el ‘bypass’

El objetivo del bypass coronario siempre es mejorar la calidad de vida  y alargar la esperanza de vida de las personas. Para ello, se rige por dos principios:

  • Tratamiento de la angina de pecho. Dolor en el pecho al realizar esfuerzos, emociones, etc.
  • Prevención de la aparición de un infarto de miocardio. Esta es de especial gravedad porque supone, a corto plazo, un riesgo de muerte y, a largo plazo, una alteración de la función cardíaca con el consiguiente cuadro de insuficiencia cardíaca crónica. 

Y es que, un paciente intervenido de coronarias tiene una expectativa de vida igual a la población de su edad siempre que la función del corazón no hubiera llegado a estar deteriorada previamente.

Pese a ello, es muy importante controlar los factores de riesgo cardiovascular que han originado la enfermedad, como  tabaquismo, hipertensión o colesterol elevado, entre otros, pues la intervención de bypass se realiza para evitar el deterioro de la función y mejorar la expectativa de vida.

El tabaquismo, así como la obesidad, el colesterol o el sedentarismo, es un factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares. ED

En qué consiste el postoperatorio y la recuperación

Los doctores Lauwers y Martínez de Quirónsalud València coinciden en señalar que, como cirugía mayor —cirugía a corazón abierto”—, el paciente pasa desde el quirófano a la Unidad de Reanimación y Cuidados Intensivos durante un período de unas 48 horas, tras las cuales pasa a la sala de hospitalización convencional.

Si no existen complicaciones, se da el alta en un periodo que oscila entre los tres y cinco días, por lo que la estancia hospitalaria se prolonga alrededor de unos seis o siete días.

En este sentido, es importante destacar que la recuperación completa depende de múltiples factores, como el estado del paciente antes de la intervención, la edad o la técnica empleada

Así, lo que los doctores denominan recuperación completa se sitúa aproximadamente alrededor de un mes, aunque la autonomía llega una semana después de la intervención