La fecundación in vitro supuso una auténtica revolución en el tratamiento de la esterilidad. Tres décadas después, el 9 % de los nacimientos en España están relacionados con la reproducción asistida, según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).

La infertilidad afecta a un 15 % de la población española, según datos de la SEF, mientras que la tasa de fertilidad está por debajo de la media europea (1,32 frente a 1,58). De este modo, más del 8 % de las mujeres españolas que desean ser madres en España se someten a un tratamiento de reproducción asistida.

España es el país con más tratamientos de reproducción asistida, con más de 110.000 tratamientos anuales, según el último informe publicado por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE).

Ser madres es, cada vez más, una decisión que se demora en el tiempo. Los cambios en los hábitos de vida y el nuevo papel que ejerce la mujer en la sociedad, mucho más protagonista, han derivado en un retraso generalizado en la edad media de maternidad. En este sentido, España es el país europeo con la edad media más alta entre las madres -por encima de los 31 años-, según un estudio de Eurostat.

Cada vez es más frecuente encontrar mujeres que deciden ser madres más allá de los 40 años, un 60 % más que hace diez años. Se trata de un momento en el que la reserva ovárica está prácticamente agotada y, por lo tanto, el 97 % de estas mujeres requieren de una ovodonación para conseguir ser madres.

Técnicas de FIV

La fecundación in vitro es la opción más común dentro de los tratamientos de reproducción asistida, ya que ofrece mayores posibilidades de embarazo, que en la Unidad de Reproducción asistida Quirónsalud Valencia se encuentra en un 70% en el primer ciclo. En este sentido, se estima que el 80 % de las gestaciones que se realizan a través de esta técnica se obtienen durante los tres primeros ciclos.

La elección del tratamiento debe ir determinada por la decisión del ginecólogo especialista, aunque siempre tendrá prioridad la decisión última de la pareja entre las opciones propuestas.

La fecundación in vitro es una técnica enfocada a lograr la unión del óvulo con el espermatozoide en el laboratorio para obtener embriones que puedan transferirse al útero materno. Esta técnica se puede llevar a cabo mediante la técnica convencional, conocida como FIV, o mediante la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI).

La principal diferencia entre ambas técnicas reside en la forma de fertilizar los óvulos. En el caso de la FIV, los espermatozoides realizan esta función sin ninguna ayuda, por lo que solo fecundarán el óvulo si tienen la capacidad para hacerlo; en el caso de la ICSI, los espermatozoides se inyectan en cada óvulo mediante una pipeta especial.

La fecundación in vitro es la opción de reproducción asistida que ofrece más posibilidades de éxito. ED

Sistema Geri

La maduración del embrión depende en gran parte del proceso de incubación. En este sentido, la aparición del Sistema Geri permite la captura continuada de imágenes (time-lapse), los médicos obtienen información más detallada y completa de cada embrión, lo que permite aumentar las posibilidades de éxito a la hora de elegir el más adecuado, así como reducir los casos de embarazos múltiples.

Los hospitales de Quirónsalud implantaron este novedoso sistema hace cuatro años, por lo que ya tienen una experiencia demostrada en su uso. “Con el Sistema Geri tenemos una visión general del embrión en cada momento y no es necesario sacarlo del incubador para poder ver cómo va evolucionando; como no se toca, no cambian sus condiciones, ni el PH, ni la temperatura”, aseguran fuentes de Quirónsalud.

El Sistema Geri capta una gran cantidad de imágenes para dar más datos al equipo médico, que será quien los analizará al detalle. Los datos del embrión son procesados con unos parámetros concretos a través de EEVA, una tecnología que analiza varios parámetros del embrión como el número de células en el tercer día, la primera y la segunda división mitótica —el paso de dos a tres células y el de tres a cuatro células— o la edad del paciente, entre otros factores.

“El Sistema Geri nos ofrece condiciones más estables, permite un mayor control de todo el desarrollo y permite ver cosas que antes no se veían”.

Esta tecnología permite reducir la subjetividad, generaliza el criterio para todos los profesionales y mejora la selección embrionaria. Además, el entorno estable que ofrece el Sistema Geri al embrión es lo más parecido al útero materno que se puede encontrar, hasta el punto de que no hay casi variación en el estadio evolutivo al que tenga que llegar el embrión.

De este modo, un embrión que sale adelante en la incubación mediante el Sistema Geri tiene todas las probabilidades de salir adelante en el útero de la madre.

Por otro lado, el proceso de fecundación está ahora mucho más controlado con este tipo de técnicas, puesto que se dispone de mucha más información.

El tratamiento arranca con la microinyección para fecundar el óvulo; entre 16 y 18 horas después se analiza la fecundación y, 24 horas después de la fecundación, ya se ven entre dos y cuatro células, según el caso; el día tres se pueden ver ocho o nueve células, mientras que el cuarto día se produce la mórula, momento en que todas las células se compactan y se dividen para conseguir un número mayor de células —se llama así por el parecido morfológico de esa fase con una mora—; tras esas rápidas divisiones, el día cinco comienza la estructuración del embrión como tal. 

En este punto se empieza a generar el blasto, o blastocisto, una capa de células externas que luego dará la placenta y una parte de células internas más compacta que dará lugar al embrión. Esa estructura comienza a expandirse como si fuera un globo, hasta el momento en que el embrión sale y llega el momento en el que tiene que implantarse.

“Un embrión en día cinco tiene más posibilidades de implantarse que en día tres, simplemente porque está más desarrollado. Si transferimos el embrión en día cinco, estamos ofreciendo a la paciente mayores probabilidades de éxito”.

Ovodonación

Entre las diferentes técnicas de Reproducción Humana Asistida que se pueden realizar actualmente, la ovodonación es aquella con una tasa de éxito más alta. “Nuestra tasa de éxito está alrededor del 90 %”, afirma el doctor Javier Díaz, jefe de la Unidad de Reproducción Asistida Quirónsalud Valencia

La ovodonación es un tratamiento que ofrece la oportunidad de tener un hijo a pacientes que no pueden gestar un embrión por sí mismas, gracias a mujeres anónimas que ceden sus ovocitos para que otras mujeres puedan acceder a la maternidad. Así pues, esta técnica realiza una fecundación in vitro con los óvulos de una donante y los espermatozoides de la pareja receptora —o de otro donante, en el caso de una madre soltera—.

En España, alrededor de un tercio de los ciclos de reproducción asistida de alta complejidad corresponden al programa de ovodonación. Sin embargo, ¿en qué casos se debe recurrir a esta técnica?

Según los especialistas, la ovodonación tan solo es recomendable para pacientes con fallo ovárico, mala respuesta ovárica a los tratamientos de reproducción asistida, fracasos repetidos de fecundación in vitro, edad avanzada, alteraciones genéticas graves susceptibles de ser transmitidas a la descendencia o abortos de repetición.

Selección de las donantes de ovocitos

La donación de óvulos en España está permitida desde 1988, con una serie de condiciones médicas y legales. Respecto del perfil que deben tener las candidatas a donación de ovocitos en España, el doctor Javier Díaz resalta que todas ellas deben ser mayores de 18 años —con un máximo de 35 años—, tener plena capacidad de obrar y tener un buen estado de salud psicofísica.

Además, se consideran factores excluyentes tener antecedentes familiares de malformaciones ligadas a cromosomopatías, genopatías o metabolopatías; presentar enfermedades genéticas, hereditarias o congénitas transmisibles; alcanzar el número máximo autorizado de hijos nacidos en España —seis— que hubieran sido generados con gametos de un mismo donante, por reproducción asistida o no; que el centro considere que las condiciones psicofísicas no son las adecuadas.

Por otro lado, el jefe de la Unidad de Reproducción Asistida Quirónsalud Valencia añade que “siempre se debe de intentar conseguir el máximo parecido entre la donante y la receptora, por lo que es necesario tener recogidos los datos del fenotipo y el grupo sanguíneo”.

El orden de preferencias siempre debe comenzar con la raza y la etnia de la receptora, seguido del grupo sanguíneo, altura, color de ojos y color de pelo. En ese momento, se realiza un emparejamiento genético (matching) entre la donante y el receptor para descartar las enfermedades recesivas que se puedan transmitir a la descendencia.

“Actualmente, formamos parte de un Sistema de Información de Reproducción Humana Asistida (SIRHA), una plataforma digital para el registro Nacional de Donantes de Gametos y Preembriones con fines reproductivos”. En este registro deben inscribirse las personas que realizan un tratamiento con donación de ovocitos y preembriones con fines de reproducción humana.

Por último, la paciente se somete a la extracción de los óvulos, mediante una estimulación ovárica controlada. “En los primeros días de la menstruación se estimula el desarrollo de folículos múltiples en los ovarios, a través de tratamientos hormonales con inyecciones de gonadotropinas, en su mayoría. La duración del procedimiento es variable, aunque suele durar entre 10 y 14 días”, explica el doctor Díaz La cantidad de ovocitos recuperados depende de la capacidad que tenga el ovario para responder a la medicación, aunque normalmente se suele hacer con chicas jóvenes con una buena reserva ovárica. “Se pueden extraer entre 12 y 15 ovocitos de media”.

España es el país que realiza cada año más tratamientos de reproducción asistida. ED

El proceso de inseminación in vitro, paso a paso

La inseminación in vitro consta de cinco pasos:

  • Obtención y preparación de los gametos. Una vez extraídos los ovocitos, el laboratorio de Fecundación In Vitro realiza el procesamiento de los mismos, elimina las células que los rodean y los clasifica en función de su grado de madurez. Por otra parte, se procesa la muestra de semen que se va a utilizar en el tratamiento, ya sea de la pareja o bien de un donante anónimo, mediante este proceso se elimina el plasma seminal y se seleccionan los mejores espermatozoides para realizar la inseminación.
  • Unión de los gametos mediante la inseminación. Una vez preparados ambos gametos, se realiza la inseminación de los ovocitos maduros. La mayoría de los casos la inseminación se realiza mediante la ICSI, que consiste en la inyección intracitoplasmática de un espermatozoide dentro de cada ovocito.
  • Desarrollo embrionario. Tras la inseminación los ovocitos, se depositan en un incubador con tecnología Time Lapse para realizar el cultivo embrionario durante los próximos seis días. Durante estos días y gracias a las imágenes que captura el incubador, podemos valorar los embriones y seleccionar aquellos con un mayor potencial de implantación.
  • Transferencia embrionaria. Tras 5 o 6 días en cultivo, se selecciona el embrión evolutivo con mayor potencial de implantación que será transferido al útero materno.
  • Criopreservación embrionaria. Los embriones sobrantes de buena calidad que se obtienen en el ciclo son criopreservados para su posterior utilización.

Solicita una primera consulta gratuita en la Unidad de Reproducción Asistida.