El superalimento de los gladiadores que puedes comer a diario para reducir el colesterol y perder peso

S.A.

La alimentación y una dieta sana y equilibrada es la base de un correcto estilo de vida saludable. Es una afirmación en la que coinciden la mayoría de nutricionistas y expertos en la materia. Sin embargo, no ha sido así siempre.  En la antigüedad, las clases más pudientes se caracterizaban por sus copiosas comidas y sus excesos. En la antigua Roma, por ejemplo, la alta sociedad se daba cita en las villas privadas para disfrutar de manjares y excesos. Mientras las clases más altas llegaban a inducirse el vómito para poder seguir cometiendo excesos, las clases más bajas debían conformarse con productos del todo sencillos, a base de cereales, agua y alimentos baratos. 

Un superalimento para esclavos y gladiadores

Sin saberlo, precisamente a la sombra de estos manjares ya se utilizaba casi a diario uno de los super alimentos que hoy en día se ha confirmado que es uno de los más completos que existen para gozar de buena salud, reducir el peso y reducir el colesterol. Se trata de la avena y era la base de las gachas con las que se alimentaba a esclavos y animales, junto con la cebada. Los gladiadores, esclavos que luchaban entre ellos como divertimento social para obtener su libertad, comían a diario avena mezclada con agua en forma de gachas. Completaban su dieta con algo de carne, pero muy poco.  

De hecho, los últimos análisis realizados a huesos confirman que la dieta de estos gladiadores, y de la mayoría de los esclavos de la antigua Roma, era casi totalmente vegetariana. La base esencial era el grano junto con tubérculos y algunas verduras. No se trataba de una filosofía de vida sino de una cuestión económica. La proteína animal, como la carne y el pescado, estaba reservada para las clases más pudientes. 

Fortaleza para las tareas diarias

Lejos de desnutrirse, los gladiadores gozaban de gran fortaleza. Entrenaban a diario para competir en la arena y en sus batallas a muerte. Lo mismo sucedía con los esclavos. Su dieta vegetariana basada sobre todo en las gachas de avena o cebada les mantenía nutridos y con fuerza. 

Se podría decir que la avena era el secreto de los gladiadores romanos, aunque ni ellos ni sus amos lo supieran. La avena es un cereal muy completo. Además de fibra e hidratos de carbono tiene mucha proteína de gran valor nutricional.  

Hoy en día forma parte de la dieta de quienes quieren ganar masa muscular de forma limpia. A diferencia de otros cereales, la avena se consume sin refinar, tal como se hacía en la antigüedad. El índice glucémico de la avena es menor que el de las harinas refinadas así que el cuerpo puede asimilar más lentamente la energía sin necesidad de acumularla en forma de grasa. La avena es un cereal muy completo y equilibrado. Junto a los carbohidratos y la fibra, aporta más proteína, grasa y minerales que otros cereales.

Las virtudes de la avena: llena de vitaminas

La avena aporta además cantidades de magnesio, cobre, hierro, zinc y vitamina B1, así como pequeñas dosis de calcio, ácido fólico y otras vitaminas del grupo B. Es, además, muy rica en manganeso. Otra de la virtudes de este grano ancestral es su poder antiinflamatorio gracias a las avenantramidas, unos polifenoles que se encuentran casi exclusivamente en la avena. Estos antioxidantes son uno de los componentes que hacen a la avena especialmente beneficiosa para el sistema cardiovascular. Combaten la oxidación celular, regulador de la presión arterial y además ayudan a reducir el colesterol en sangre.

Por último, la toma de avena de forma habitual mejora el tránsito intestinal y la digestión de alimentos. Los betaglucanos, unos compuestos presenten en este grano, forman un gel durante la digestión que ralentiza el vaciado del estómago y, por tanto, el paso de los azúcares a la sangre. Esto ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre y a mejorar la respuesta insulínica.