Expertos de Vithas Castellón recuerdan que la depresión navideña afecta habitualmente a un amplio porcentaje de la población que padece síntomas relacionados con la depresión y la ansiedad en esta época, aunque en estos momentos de pandemia puede resultar "especialmente difícil" por el miedo, las restricciones y, sobre todo, el estrés por la adaptación continua que supone todo este proceso.

Los síntomas más frecuentes son cansancio, apatía, pérdida de vitalidad y de interés, irritabilidad, pensamientos negativos y desesperanza. En cualquier caso, la mayoría de las personas que caen o empeoran de su depresión en estas fiestas es porque suelen tener un problema de fondo que hace que la tristeza aflore con más facilidad.

Y es que, aunque tradicionalmente Navidad suele asociarse a felicidad, familia, descanso e ilusión, existe un amplio porcentaje de la población que padece síntomas relacionados con la depresión y la ansiedad en esta época. Algunos denominan a este síndrome depresión navideña o "blues de Navidad".

"Afortunadamente no es una depresión al uso, sino más bien algo estacional, asociada a un momento concreto como es la Navidad, sin embargo puede llegar a ser molesta si no se gestiona adecuadamente", apunta el doctor Sergio Arques, psiquiatra de Vithas Castellón.

Según el especialista, no hay que olvidar que durante los meses de diciembre y enero aumentan los casos de intento de suicidio, principalmente en la gente joven, entre los 20 y 33 años, y mayores de 60.

Las causas que acentúan la depresión navideña suelen ser variadas. Una de las principales son las ausencias, especialmente el duelo por un ser querido que ha fallecido: "En estas fechas notamos más la falta de quienes no están, especialmente si lo han hecho recientemente o en situaciones traumáticas. Además, no hay que olvidar la ausencia física de aquellos que no podemos tener cerca, situación más que frecuente en esta época de la pandemia".

FELICIDAD OBLIGATORIA

Otros motivos podrían deberse a la presión publicitaria, ya que "parece existir una especie de sentimiento obligatorio de felicidad que se asocia con la Navidad, lo que puede generar mucho estrés en ciertas personas".

Paralelamente, el elevado consumismo de estas fechas y la complicada situación económica de muchas familias es una combinación "explosiva", pues lleva aparejada una inversión en regalos y comida especial que muchos no se pueden permitir.

"Por último, y no por ello menos importante --subraya el doctor--, hemos de recordar el carácter estacional de la depresión en algunas personas, donde las noches más largas y el clima más frío y lluvioso van a incidir negativamente en nuestro estado de ánimo".

NO ES OBLIGADO IR A LAS COMIDAS Y CENAS

Para combatir la depresión navideña y el consiguiente aislamiento social, es importante no forzarse a hacer cosas que hagan sentir mal solo por cumplir con lo que los demás esperan: "Evidentemente nadie está obligado a asistir a todos los compromisos navideños que se presentan en estas fechas".

Algunas recomendaciones son buscar la compañía de buenos amigos, desarrollar actividades recreativas y deportivas, escuchar buena música, organizar con tiempo los preparativos y saber delegar en familiares y amigos aquellas actividades que estresan, como cocinar, organizar eventos, comprar regalos o decorar la casa.

Tampoco se trata de combatir las ausencias olvidando, ya que es imposible, sino que hay que tratar de normalizar el recuerdo de quienes no están o ya no volverán. "Es fundamental recordar con cariño los momentos disfrutados en el pasado, para ello suele ser útil buscar la compañía de amigos y familiares", incide el especialista.

Otro consejo es mantener un buen nivel de actividad durante las fiestas navideñas; por ejemplo, un simple paseo al aire libre o hacer deporte puede ayudar mucho a mejorar el estado de ánimo. "La clave estaría en relajarse y disfrutar del tiempo de descanso, pero con calidad", agrega el doctor.