El tener barriga o sufrir un exceso de grasa abdominal, a diferencia de la grasa de otras partes del cuerpo, genera una importante actividad hormonal nada beneficiosa para el organismo. Así lo ha advertido hoy el doctor Julián Ruiz Baixauli, internista del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, que ha explicado que esto se debe a que la grasa visceral produce "mediadores inflamatorios que estrechan los vasos sanguíneos, aumentan la presión arterial, e inflaman los tejidos y órganos".

Además, la grasa abdominal condiciona un aumento de la resistencia insulínica, algo que, junto con otros factores de riesgo, produce en nuestro organismo un estrés oxidativo que puede derivar en graves enfermedades.

La unión de tener barriga o los signos de obesidad central -definido como aumento del perímetro abdominal- con alteraciones en la presión arterial, glucosa y lípidos producen el síndrome metabólico (SM). "El síndrome metabólico es un grupo de trastornos que en su conjunto aumentan el riesgo de presentar en el futuro, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2", agrega el especialista.

En concreto, y según este especialista, el hecho de tener barriga puede acarrear graves consecuencias para la salud, puesto que la presencia de esta grasa abdominal implica un aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, desarrollar diabetes tipo 2, hipertensión arterial, problemas del sueño como apnea, insuficiencia renal, hígado graso o cáncer colorrectal.

Mujeres en la menopausia

Por su parte, la doctora Sandra Ortega, ginecóloga de Vithas Castellón, ha señalado que la transición a la menopausia promueve la acumulación selectiva de grasa en el compartimento intraabdominal, ya que con la menopausia el metabolismo se ralentiza aún más y se tiende a acumular grasa en la cintura, vientre y caderas, mientras se reduce el gasto energético en reposo y aumenta el tejido graso.

Según la especialista, "esta ganancia de peso se asocia a consecuencias adversas para la salud, que se agravan por los cambios de distribución grasa que se observan durante la menopausia". El aumento de la grasa visceral provoca alteraciones del metabolismo de los hidratos de carbono y la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la dislipemia con el consiguiente aumento de riesgo cardiovascular, entre otras complicaciones.

La importancia de adelgazar y perder barriga para la salud. Pexels/Andre Piacquadio

Asimismo, la especialista advierte de que el riesgo relativo de sufrir cáncer de mama se mantiene más alto en mujeres con índice de masa corporal (IMC) superior a 25 tanto durante el periodo premenopáusico como en la postmenopausia.

Por ello, aconseja que el paciente que sufre el síndrome metabólico cambie sus hábitos de vida, especialmente los relacionados con el ejercicio y la dieta. La prevención desde la infancia es clave: "Se trata de un sector de la población al que se le debe enseñar a comer y a mantener hábitos de ejercicio". En ese sentido, destaca que en España, contamos con la ventaja de la dieta mediterránea, que es la más indicada para prevenir el riesgo vascular.