Cada vez que navegamos por Internet, corremos el riesgo de que nuestro ordenador se infecte de programas espías. Estos envían información personal, como por ejemplo, las páginas que visitamos, las contraseñas que introducimos, los correos que tecleamos, etc. También cambian la página de inicio del navegador, abren páginas de sexo o juegos online de forma automática e incluso provocan el mal funcionamiento del ordenador.

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