El uso, la carga o la exposición al sol recalientan nuestros modernos móviles muchas veces más de lo deseable, y no sólo por la sensación desagradable que podemos sentir en la mano, sino también porque una temperatura elevada hace que la batería y otros componentes se acaben resintiendo.

Apple, incluso, programó el bloqueo del iPhone cuando alcanzaba una temperatura perjudicial para su funcionamiento, al tiempo que se activaba un aviso en la pantalla: "La temperatura del iPhone debe disminuir antes de que pueda usarlo".

Para no sufrir problemas como este y evitar que castigar al móvil por un calentamiento excesivo podemos seguir una serie de consejos:

-Proteger el móvil del sol. Aunque parezca obvio, muchas veces nos olvidamos de proteger el 'smartphone' de la luz solar. Esto es especialmente importante en verano. Ahora que la periodicidad con la que consultamos nuestros móviles se ha multiplicado, no es raro que lo dejemos en la mesa de la terraza en la que nos tomamos un aperitivo o en la toalla cuando tomamos el sol en la playa. Evitarlo es clave para que los componentes del aparato no se resientan.

-Cargarlo correctamente. Hay que usar cargadores que proporcionen la corriente correcta. Si transmiten una superior, el móvil se calentará cuando esté enchufado. Los fabricantes recomiendan utilizar los cargadores originales para preservar en un estado óptimo todos los componentes del aparato.

-Controlar las aplicaciones y conexiones. En ocasiones, el teléfono acumula tareas que le llevan a un esfuerzo de procesamiento mayor y, consecuentemente, a un recalentamiento interno. Si esto se produce, es recomendable comprobar qué aplicaciones se están ejecutando en un segundo plano y cerrar las que no sean imprescindibles. Desactivar utilidades como el Bluetooth o el wifi si no los usamos es otra opción.

-Administra el GPS. El uso prologado del GPS en el teléfono móvil puede elevar igualmente la temperatura de nuestros 'smartphones' por la gran cantidad de datos que se procesan. Administrar su utilización para que no siga funcionando cuando ya no es imprescindible es clave.

-Juegos. Una de las utilidades que más recursos absorbe en nuestro móvil y que, consecuentemente, eleva la temperatura del móvil, es la de los juegos de gran exigencia gráfica.

-Sopesar el uso de las fundas. Aunque son muy útiles y casi representan una segunda piel de nuestros 'smartphones', algunas fundas pueden favorecer en determinados casos el recalentamiento de los teléfonos.