Con el paso de los años el trabajo periodístico ha ido evolucionando. La irrupción de nuevas plataformas, formatos y medios han obligado a un cambio tecnológico necesario para que los ´plumillas´ del siglo XXI no solo lleguen a tiempo al cierre estando en la otra punta del planeta, sino también para ser los primeros en informar a través de los medios digitales.

Entre los meses de agosto y septiembre un servidor ha viajado más de 100.000 kilómetros. Nueva York, San Francisco, Londres, París, Berlín, China, Hong Kong... Y desde todos y cada uno de esos lugares he podido trabajar como si estuviera en la redacción del periódico. Pero para ello hace falta un equipo distinto al habitual, más versátil y ligero. Es la era del MOJO, el periodismo móvil.

La foto principal de esta semana muestra lo que habitualmente llevo en mi mochila, ya sea a diario o cuando hay que ir y volver en un mismo día a cualquier ciudad española o europea. Pese a que puede parecer mucho, el conjunto -incluyendo la mochila- no supera los 12 kilos de peso. Y aunque no todo lo que se ve aquí es lo más nuevo, hay que reconocer que sí es lo que mejor funciona. Al menos a un servidor.

La parte que más podría llamar la atención es posiblemente la de los móviles. No es habitual llevar cuatro teléfonos de gama alta, pero la fotografía y el vídeo son fundamentales en la actualidad. El iPhone 8 Plus, el Samsung Galaxy Note 8, el LG G6 y el Huawei Mate 10 -que acaba de sustituir al P10- siempre van conmigo.

Para sujetar y estabilizar el vídeo con cualquiera de estos móviles galácticos el Shoulderpod S2 1 -40 €- es uno de los mejores que hay, tanto por su robustez como por la seguridad con la que sujeta el móvil. Para grabar audio de calidad con el iPhone una buena opción es el iRig Mic Field 2 -100 €- de iK Multimedia, que gracias a sus dos posiciones es perfecto tanto para grabar el audio de una entrevista como un buen vídeo.

Los auriculares son fundamentales. Para usar en cualquier momento los AirPods 3 -180 €- de Apple son magníficos y muy cómodos. Pero para usar en el avión son mejores los Plantronics Voyager 8200 UC 4 -420 €- ya que su cancelación activa de ruido hace que te olvides que estás volando. Y son muy cómodos.

Una gran ayuda: USB-C

Es el nuevo formato de conexión tanto para ordenadores como para móviles. Y el estandarte es el MacBook Pro de Apple5 -desde 2.000 €-. Su barra táctil que se adapta a cada programa se vuelve imprescindible una vez que la empiezas a utilizar, y sus cuatro puertos USB-C permiten viajar más ligero que nunca. El disco duro externo My Passport SSD de WD 6-200 €/500 Gb- es un ejemplo ya que tan solo pesa 40 grs. Otro ejemplo de ligereza es el impresionante dock USB-C GN30H de la firma QacQoc 7 -83 €- ya que tenemos conexión HDMI, red, 3 puertos USB 3.0, uno USB-C y lector de tarjetas SD y microSD en tan solo 65 grs.

Una pieza imprescindible para cualquiera hoy en día es una batería externa. En mi caso es necesario que sea de más capacidad -al menos 10.000 mAh- y por eso llevo la Trust USB-C 8 -40 €- que además tiene carga rápida, inteligente y puerto USB-C para cargar directamente tres de los cuatro móviles. Para ello uso cables USB-C de Artwizz 9 -desde 17 €-, una firma alemana cuyos accesorios son de una calidad excelente y aguantan todo lo que les eches.

Para proteger toda esta equipación utilizo un G-Tag de Gigaset 10 -50€ pack de 3-, un pequeño localizador USB que una vez activado nos informa si nuestra mochila, cargada de gadgets, se aleja sospechosamente de nosotros. Y no solo suena una alarma, sino que también se dispara un aviso en el móvil.

En este tipo de viajes es importante no descuidarse, y el calzado es fundamental ya que se anda mucho. La compañía española Callaghan tiene en sus Adaptaction 11 -180 €- el calzado más avanzado que hay, ya que se fabrica específicamente en función del peso del usuario. Y uno de mis gadgets favoritos es mi cepillo de dientes inteligente: el Oral-B Genius 12 -desde 123 €-, con Bluetooth y una app que te dice si te estás cepillando bien o mal.