En la prehistoria euroasiática hubo grandes etapas tecnológicas que sus habitantes vivieron seguramente con tanta o más efervescencia que la actual. Desde el Neolítico comienza a fundirse metal y entonces aparecen las primeras evidencias de fundición del cobre, que son del VI milenio a. C. (en Anatolia y los montes Zagros) y en Europa durante el I milenio a. C. No es pues la Edad del cobre sino un vestigio de culturas más bien ancestrales que nos evocan paisajes limpios y hombres cazando mamuts. Por su maleabilidad y ductilidad, el cobre puede manipularse en frío o en caliente, con lo que se duplicaba su consistencia y dureza. Un material que ha servido por sus propiedades conductoras del calor y la electricidad y que ha sido fundamental para el desarrollo de las redes.

Sin embargo, la "Edad dorada" del cobre comienza a pasar a mejor vida ya que Telefónica ha comenzado su proceso de trasformación de la red que implica el apagado de una central de cobre al día hasta 2020, lo que supone cubrir los hitos fijados de cierre de 653 centrales de cobre en 2020, de las cuales, 253 serán en este año, 200 en 2019 y 200 más en 2020. Todo un reto cuyo objetivo es transformar la cobertura de fibra con una red totalmente digital e impulsar que todos los clientes pasen a fibra para colocarlos en la mejor posición ante el futuro digital.

Tal y como asegura Pablo Ledesma, director de Operaciones de Telefónica España, "la fibra es la tecnología de acceso que soportará el desarrollo de los servicios y de los clientes de los próximos 100 años y Telefónica está trabajando en la evolución del cobre a la fibra y habilitando el proceso de simplificación y trasformación de la red."

Para la consecución de los objetivos, ha desarrollado el proyecto FARO que impulsa el paso de clientes a la fibra y acelera el cierre de las centrales de cobre. Cambiar el cobre por la fibra implica menos sección pero más capacidad. Así un mazo de cobre de 2.400 pares da servicio a 2.400 clientes frente a un cable de fibra de 256 fibras que da servicio a 16.384 clientes.

Además, frente al cobre, la fibra supone un ahorro energético que puede suponer un 60% del ahorro actual. ¿No es el momento de pasar definitivamente a la "Edad de la Fibra"?