Las redes wifi son posiblemente uno de los avances que más han contribuido al desarrollo tecnológico de los hogares y de las empresas, independientemente de su tamaño. A día de hoy hay situaciones en las que es casi más importante que haya una red wifi que cualquier otra cosa, y si no que le pregunten a la industria hotelera.

Pero también es cierto que la masificación de redes wifi ha provocado que cada vez sea más difícil tener una red estable y con buena conexión. Si estamos hablando de grandes superficies o de lugares con varias plantas, entonces lo de tener una red inalámbrica que funcione correctamente es una tarea titánica. O al menos lo era hasta hace muy poco.

Desde hace ya algunos años existe una tecnología de redes wifi denominada Mesh -malla-, pero su elevado coste hacía que estuviera reservada casi exclusivamente para grandes empresas capaces de permitirse los grandes desembolsos que requería su instalación. Afortunadamente, cualquier avance tecnológico se abarata con el paso de los años. Y lo normal es que, antes o después, esas tecnologías lleguen al gran público y se popularicen.

Este año han empezado a comercializarse en nuestro país diversos dispositivos con tecnología wifi mesh que hacen de esta tecnología un elemento accesible a cualquier pyme e incluso a cualquier particular.

El funcionamiento de una red wifi en malla es tan sencillo -al menos para el usuario- como eficiente. Una red inalámbrica en malla está compuesta de un router y varios dispositivos -llamados nodos- y normalmente se venden en un mismo kit. Esta configuración hace que no sea necesario comprar un router muy potente o repetidores de red.

El gran factor diferencial de una red en malla es que el conjunto de dispositivos crean una única red wifi mucho más grande que la de un único router, con un mismo nombre -SSID- y con una misma contraseña. Aunque lo mejor es que, al contrario que los repetidores, los nodos de una red mesh se comunican entre sí, por lo que cada nodo sabe en todo momento qué dispositivos están conectados a cada uno de ellos. Algunas compañías ya han lanzado variantes con tecnología PLC, que convierten el cableado eléctrico de la casa en una completa red de datos.

¿Y dónde está la mejora?

El gran avance tecnológico está en que los nodos, al comunicarse entre ellos, saben si un dispositivo tendrá mejor cobertura con el nodo 1, el 2 o el 3 -si hay tres-. Y no te conecta al que está más cerca, sino al que mejor servicio te ofrece.

De esta forma, da igual en qué lugar de la casa o el comercio se encuentre una persona ya que siempre tendrá la mejor cobertura y velocidad posible. Desaparecen así los puntos ciegos en las casas, en los que apenas nos podemos conectar a la red. El wifi es, por fin, 100% eficaz.