Cada vez es más habitual encontrarse puntos de recarga del móvil en espacios públicos. Los podemos encontrar en estaciones de metro, de autobuses, de tren, en restaurantes, hospitales, hoteles, centros comerciales, salas de espera... Cargar el móvil en estos puertos USB públicos resulta muy útil cuando la batería de nuestros smartphones llega a su fin.

No obstante, hay que ser consciente también de que estos puntos de recarga son un objetivo prioritario de los hackers que desean infiltrarse en nuestros móviles. Por este motivo, resulta fundamental tomar una serie de precauciones para evitar ser víctimas de un ataque que comprometa la seguridad de la información que almacenamos en nuestros dispositivos móviles.

Y es que esos puertos USB de uso compartido se han convertido en un negocio muy 'goloso' para los piratas informáticos, que pueden acceder a los datos de los smartphones que se conectan a cargadores infectados mediante técnicas fraudulentas como la denominada 'juice jacking'. Este método consiste en que a través de un puerto infectado, un hacker puede llegar a grabar todo lo que escribimos o miramos en nuestro smartphone, incluidas nuestras contraseñas y datos bancarios. De estos riesgos son bien conscientes las fuerzas de seguridad, que repetidamente alertan de ello.

¿Implican entonces estos riesgos que no debemos cargar nuestros móviles a puntos de recarga públicos? De antemano debemos decir que si los podemos evitar, sería lo más conveniente para nuestra seguridad. En este sentido, debemos valorar si realmente es necesario que carguemos el móvil en estos USB públicos. Es decir, debemos preguntarnos si es realmente necesario cargar el móvil si por ejemplo nuestro único objetivo en ese momento es subir una nueva foto a Instagram o un comentario a Twitter.

Por otra parte, si creemos que agotaremos la batería de nuestro móvil, antes de cargar el dispositivo en un puerto USB público, deberíamos plantearnos la posibilidad de recurrir siempre a nuestro propio cargador. En el mercado existen una gran cantidad de modelos y a precios asequibles.

Otra opción es llevar nuestra propia batería portátil. Conocidos como powerbanks, pueden convertirse en un salvavida para los viajeros. Además, su uso siempre es más recomendable que los puntos de recarga públicos.

En cualquier caso, si necesitamos imperiosamente cargar el móvil en un punto de carga público, entonces sí deberemos tener en cuenta una serie de precauciones para minimizar los riesgos:

- Usar sólo USB y ordenadores y puntos de carga que consideremos de confianza.

- Evitar los cables USB que ya se encuentran conectados en estaciones de carga o que son parte de algún regalo promocional.

- Proteger el teléfono móvil con una contraseña, o con otro método como el reconocimiento mediante huellas dactilares.

- Configurar también el acceso a las aplicaciones mediante una contraseña.

- Instalar solo aquellas aplicaciones que estén en los Marketplace oficiales.

- Usar tecnologías de cifrado y contenedores seguros (áreas protegidas en los dispositivos móviles utilizados para aislar la información sensible) para proteger los datos.

- Conectar el teléfono móvil a enchufes eléctricos para evitar que se produzca una transferencia de datos.

- En el mercado ya se pueden encontrar algunos dispositivos que actúan como una barrera de seguridad. Conocidos como 'condón USB', actúan bloqueando la transmisión de datos y permitiendo únicamente que fluya la corriente eléctrica, de forma que el riesgo se reduce a cero.

- Proteger el dispositivo móvil del software malicioso con la ayuda de una solución de seguridad probada.

- Cargar nuestro smartphone con el dispositivo apagado. Y si necesitamos que esté encendido, entonces no debemos desbloquearlo en ningún momento. De esta forma, evitaremos que haya transferencia de datos.

- Si cuando estamos cargando el móvil nos aparece algún mensaje que nos resulte sospechoso, entonces lo mejor es desconectarlo inmediatamente y desistir de cargar el dispositivo.