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Redes sociales

Twitter está que trina con Elon Musk

Los usuarios, divididos ante cómo será la red social del pajarito bajo el mandato del magnate, que ya ha dado algunas pistas

Una ilustración con la cara de Elon Musk y el logo de Twitter. EFE

Los usuarios de Twitter, la red social de las noticias de alcance (breaking news), pero también del debate y la polarización ideológica, asisten expectantes a los primeros movimientos del nuevo dueño, Elon Musk, magnate de Tesla y SpaceX y el hombre más rico del mundo. Bajo la lupa estará su nueva política de moderación de contenidos. No pocos temen que la red del pajarito –que nunca ha sido un remanso de paz, por otra parte– se convierta en una selva aún más intransitable. Pero Musk lo descarta en un mensaje a los anunciantes: “Obviamente, Twitter no puede convertirse en un infierno donde todos puedan decir cualquier cosa sin consecuencias”, ha remarcado.

En la noche del jueves, el excéntrico millonario tuiteó "el pájaro ha sido liberado", confirmando así que cerraba la compra de Twitter por 44.000 millones de dólares. Posteriormente tuiteó “que corran los buenos tiempos” y “la comedia es ahora legal en Twitter”, dando a entender que ensancharía los límites del humor y combatiría la llamada “cultura de la cancelación” promovida por sectores autodenominados “progresistas”.

Fiel a su carácter imprevisible, bromista y algo estrafalario, Elon Musk irrumpía el pasado miércoles en la sede de Twitter en San Francisco con un lavabo sus manos. “Let that sink in!”, escribía, en inglés. Uno de los significados de "sink" en inglés es "lavabo", pero la expresión "let that sink in" se puede traducir por "piensa en ello", de ahí el juego de palabras.

¿Payaso o genio? ¿Egoísta o benefactor? “He pasado por tantos ciclos de héroe a villano que he perdido la cuenta”, dice en otro tuit Musk, que proclama haber comprado Twitter “para intentar ayudar a la humanidad”. Si hemos de conocerle por sus obras habrá que esperar, pero el empresario nacido en Pretoria (Sudáfrica) hace 51 años simplemente informa de que están cambiado el proceso de verificación –por el que se otorga el popular check azul, y que ha sido objeto de muchas críticas–, y que todavía no han realizado ningún cambio en las políticas de moderación de contenido.

Lo segundo viene a negar lo apuntado por algunos medios de comunicación y por personajes tan famosos como el jugador de la NBA LeBron James (52 millones de seguidores en Twitter). “No conozco a Elon Musk y, para ser sincero, no me importa quién es el dueño de Twitter –decía el famoso baloncestista el pasado sábado–. Pero diré que, si esto es cierto, espero que él y su gente se lo tomen muy en serio, porque esto es jodidamente aterrador”. James se refería a una información de The Washington Post que, citando un grupo de investigación en medios, señalaba que el uso de la palabra nigger (despectivo para “negro”) se había multiplicado por 5 desde que está Musk al mando. El jefe de Seguridad e Integridad de Twitter, Yoel Roth, explicó en un hilo en esta red social que en 48 horas habían visto “una pequeña cantidad de cuentas publicar una tonelada de tuits que incluyen calumnias y otros términos despectivos. Más de 50.000 tuits que usaban repetidamente un insulto en particular provenían de solo 300 cuentas”. Roth aclaró que casi ninguna de esas cuentas es auténtica, y que se habían tomado medidas para vetar a los usuarios involucrados en esta campaña de troleo. Musk, por su parte, prometió que Twitter “formará un consejo de moderación de contenido con puntos de vista muy diversos. No se tomarán decisiones de contenido importantes ni se restablecerán cuentas antes de que se reúna ese consejo”, aseguró.

En cualquier caso, ya se ha puesto en guardia el comisario europeo de Industria, Servicios y Digital, Thierry Breton, quien ha tuiteado a Musk que “en Europa, el pájaro volará bajo nuestras reglas europeas”. También el político belga Guy Verhofstadt, de los Liberales y Demócratas Flamencos, ha señalado en un tuit que “un hombre (@elonmusk) ahora es dueño del debate más grande del mundo... ¡La necesidad de reglas y rendición de cuentas es más grande que nunca! La autorregulación en las redes sociales nunca ha funcionado...”.

¿Palabras prohibidas?

Bajo el mandato de Musk, Twitter sigue afirmando que sus reglas prohíben la conducta de odio, consistente en dirigirse a personas con “contenido deshumanizante e insultos”. Esto, aclaran, no significa que tengan una lista de palabras que siempre están prohibidas. Es una de las quejas recurrentes sobre el funcionamiento de Twitter: muchos usuarios refieren que les han bloqueado por poner palabras como “matar”, aunque la frase sea totalmente inocente. Esto propicia que, con la ayuda de perfiles falsos (bots) se puedan orquestar acciones para derribar perfiles determinados sin causa justificada, simplemente por animadversión personal o discrepancia ideológica. “El contexto importa”, insisten en Twitter, aunque los bloqueos por muchos tuits, al menos hasta ahora, parecen demostrar que es un algoritmo, y no un humano, el que “decide” cuándo dejar a un usuario fuera de la circulación.

El personaje baneado más prominente es Donald Trump. El regreso, que se da por hecho, del expresidente de EEUU, será para muchos –como LeBron James– la demostración de que Musk defiende como libertad de expresión lo que en realidad el discurso de odio. “Si me dieran un dólar por cada vez que alguien me pregunta si Trump va a volver a esta plataforma, ¡Twitter estaría acuñando dinero!”, bromeó este lunes Musk.

Al hilo de estas críticas, este pasado fin de semana Musk protagonizó un sonado resbalón, al retuitear una noticia falsa del periódico Santa Mónica Observer, conocido por difundir bulos. En concreto, se afirmaba que el marido de Nancy Pelosi estaba “borracho” cuando fue atacado por un hombre que se dedica a la prostitución. Musk borró luego el tuit, pero no sus críticas al periódico de línea progresista The New York Times.

Otro de los aspectos polémicos es la monetización. Según The Verge, portal estadounidense de noticias tecnológicas, Musk, pretende elevar el precio del servicio de suscripción de la red social, Twitter Blue, a 19,99 dólares al mes desde los 4,99 dólares actuales. Esto incluiría el servicio de verificación de perfil. Todos aquellos usuarios que actualmente dispongan de la confirmación (check) azul la perderán si no se abonan al servicio. Pero la monetización sería también en el sentido inverso: Musk respondió con un “absolutamente” a la sugerencia del rapero y autor Zuby, que pidió que los usuarios más creativos y que aporten contenido de valor reciban una remuneración por ello, al igual que en otras redes sociales, como YouTube.

Algunos usuarios piden que se acabe con el anonimato en Twitter, y exigen cuentas verificadas con DNI e incluso nombres y apellidos públicos. Otros reclaman defender el anonimato para no exponer a disidentes de regímenes autoritarios como Irán, Rusia, Venezuela, Cuba o China. Que el multimillonario príncipe saudí Al Waleed bin Talal se haya convertido en el segundo mayor accionista del "nuevo" Twitter no parece que vaya en la línea de tranquilizar a aquellos que utilizan Twitter como vehículo para la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos.

En cualquier caso, el hecho de que Twitter esté ahora en poder del hombre más rico del mundo no parece demasiado diferente a la situación anterior: Jack Dorsey, la persona que fundó la red social el 21 de marzo de 2006, posee alrededor de 14.000 millones de dólares. Aunque hasta ahora ha dado enormes pérdidas, Twitter nunca ha sido una ONG de ayuda ni una web sin ánimo de lucro, desde el principio su objetivo ha sido ser rentable.

Pase lo que pase con Twitter en los próximos meses, seguro que será divertido, máxime conociendo el carácter de Elon Musk.

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