Un vídeo que se ha vuelto viral en redes deja ver que la pirotecnia en manos poco hábiles (y cabezas no muy pensantes) puede suponer un verdadero peligro.

En Estados Unidos una familia decide lanzar un castillo de fuegos artificiales en la puerta de su casa. Y se les ocurre instalarlo a escasos metros de un grupo de personas, bebé incluido, y de un vehículo aparcado. Cuando le prenden fuego parecen darse cuenta de que la cosa no va a ir bien. Tanto es así que tienen que salir huyendo todos y no acabó en desgracia por un pelo.