La historia reciente de la Comunitat Valenciana es también la historia de sus casos de corrupción. Escándados vinculados a instituciones y cargos públicos que eclosionaron en un mismo periodo de tiempo y que salpicaron la imagen de una tierra que reforzó su arquitectura institucional para frenar una situación con «trazos de corrupción sistémica». Avances que, no obstante, no suponen una vacuna definitiva porque la corrupción es poliédrica y deja poco rastro, por lo que hay que estar «alerta».