El fuego ha calcinado más de 25.000 hectáreas de la Comunitat Valencina en uno de los peores agostos en lo que a incendios forestales se refiere de los últimos años. Bomberos forestales, unidades especiales desplazadas desde las capitales de provincia y efectivos de las diferentes diputaciones se enfrentan desde tierra al fuego.
Sin embargo, España cuenta con unidades de intervención especial en la batalla de todos los veranos contra el fuego -la de este agosto especialmente intensa- como el 43 Grupo del Ejército del Aire. Su presencia indica que el fuego cercano ha escapado a la capacidad de los medios autonómicos y se requiere refuerzo del Ejército. Es el caso de los últimos días, donde el 43 Grupo de las Fuerzas Armadas ha intervenido tanto en el incendio de Vall d'Ebo como en el de Bejís.
Sus armas de guerra atraviesan las inmensas columnas de humo y planean sobre los bosques antes de abrir las compuertas y descargar el agua contra el fuego. Los colores de los aviones, los míticos Bombardier y Canadair, son claramente divisables sobre los fuegos. Sin embargo, pese a la creencia generalizada de que se trata de los colores de la bandera de España, el uso del amarillo y el rojo tiene un objetivo más lógico: su fácil localización en caso de accidente.
Estos aviones anfibios que luchan contra el fuego forman parte del 43 Grupo, con cerca de 150 efectivos y presencia en bases de Albacete, Madrid, Zaragoza, Badajoz, Pollensa, Málaga o Santiago de Compostela en la campaña de verano. Durante lo que llevamos de año, han participado en la extinción de 132 incendios y acumulan cerca de 600 salidas. La virulencia de los incendios de este verano han obligado a operar seis aviones al mismo tiempo, según indican desde el Ministerio de Defensa.
Para atender sus cometidos, el 43 Grupo opera un total de 18 ‘botijos’ (14 Canadair CL-215T y 4 CL-415), capaces de cargar 6.000 litros de agua en apenas 12 segundos, que también tienen como cometido dar apoyo a las misiones del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR).
