Faros rotos, motores colapsados y, sobre todo, mucho barro son las marcas que dejó la dana en 35 motos clásicas Vespa que sobreviven al olvido en el pueblo vallisoletano de Esguevillas de Esgueva, donde se espera poder mostrarlas en una exposición al final del verano. Se trata de una colección que pretendía mostrar la evolución de la vespa española, y que se vio truncada cuando el garaje que albergaba la treintena de ciclomotores en Catarroja (Valencia) se llenó de lodo por los efectos de las inundaciones que afectaron a la Comunidad Valenciana el pasado octubre.