Después del Rosa Oporto, el Verde Primavera, el Negro Azabache y el Madreperla -los lucidos por las falleras mayores de la década- tocaba conocer el espolín de Berta Peiró para continuar con la lista histórica. Ese acertijo de la tarde-noche de Exaltación. Y cuando bajó las escaleras del domicilio familiar, junto a su falla, Ripalda-Beneficència y con los miembros de la misma llenando la replaza, se desveló el secreto, el que sólo sabían sus allegados y los tenedores y responsables de Vives y Marí: Melanzane.
