Europa no cerrará fronteras. Tras la cumbre de ayer, los líderes consideran que una medida tan drástica "dañaría gravemente nuestra economía pero no restringiría mucho el virus". Lo que sí hace Bruselas es redibujar su mapa e introducir un nuevo nivel de alarma, "una zona de color rojo oscuro, que muestra que en esa zona, el virus está circulando a un nivel muy alto" y propone que a los viajeros procedentes de esos lugares se les exija una PCR a la salida y cuarentena al llegar. Y en todo caso, que se desaconsejen enérgicamente los viajes no esenciales. También han acordado agilizar las vacunaciones. Desde que se inyectó la primera vacuna, en diciembre, los Estados miembros han recibido más de 13 millones de dosis y se han administrado más de cinco millones, aunque con notables diferencias entre los países. Pedro Sánchez, en esta primera cumbre del año, ha defendido la creación de un certificado de vacunación para los inmunizados. El presidente del Consejo también se ha referido a ello "un certificado con fines médicos" y ha dicho que más adelante se verá si se puede utilizar y en qué circunstancias.