Es "horabaixa", ese momento en el que se pone el sol abrasador y llega la calma. Pero en la cala de la Barraca de Xàbia hay matraca para rato. Las fiestas en los chaletazos de alquiler turístico son atronadoras. No hace tanto esta cala era un remanso de paz. El nuevo turismo es estrepitoso y fiestero. Definitivamente, quien dijo que Xàbia era la Ibiza peninsular no iba tan desencaminado.