Les arrojan sobras e incluso les dan de comer de la mano. Los jabalíes se acerca, gruñen y olisquean. ¿Mansos? Aunque parezcan domesticados, son animales salvajes. La proliferación de estos animales va a más. Deja escenas insólitas. En Xàbia, en la partida de la Guàrdia (urbanización Costa Nova) y junto a la carretera que lleva a la Granadella, los jabalíes se dan la gran vida. Hay quien les lleva comida (mal hecho). Más de un vecino se lleva un buen susto cuando acude a tirar la basura y, de repente, ve asomar a dos grandes jabalíes y seis rayones que van derechos hacia él. Están tan habituados a que les echen comida que han perdido su naturaleza huidiza y hosca. Estos contenedores son un zoo(i)lógico.