El desafío de Ayuso va más allá de los patios de los colegios, asegurando que no va a dejar a los niños sin mascarilla porque el gobierno no haga su trabajo. Mientras el Gobierno reitera cómo han trabajado hasta ahora: juntos con todas las autonomías. Así que las críticas de las otras comunidades, como Asturias o País Vasco, no se han hecho esperar. Hasta sus compañeros de partido, Feijoo y Moreno, se desmarcan de tanta prisa. No hay que olvidar que los más pequeños son los únicos que no se han vacunado todavía, lo que aumenta el peligro al poder convertirse en propagadores de la enfermedad a los que les cuidan. Por lo que se exige, de nuevo, máxima precaución.