La NASA ha validado un nuevo combustible para naves espaciales de todos los tamaños. En lugar de hidracina tóxica, incluye un propulsor 'verde' menos tóxico y tecnologías diseñadas para acompañarlo. En poco más de un año desde su lanzamiento, la Misión de Infusión de Propelente Verde de la NASA (GPIM) demostró con éxito que un propulsor y un sistema de propulsión nunca antes utilizados funcionan según lo previsto, demostrando que ambos son opciones prácticas para misiones futuras.