Un sencillo gesto, tan sutil que pasa desapercibido para muchas personas, es una de las claves del protocolo covid de los reyes de España. El jefe del Estado tiene, por su cargo y agenda, encuentros con multitud de personas a lo largo de cada mes. Sin embargo, la pandemia del coronavirus ha obligado a cambiar algunos de los protocolos que se siguen en Casa Real.

Esta mañana, en la entrega del Premio Cervantes a Francisco Brines en su casa natal de Oliva, se ha podido apreciar cómo Felipe VI y Letizia juegan con el saludo para mantener las medidas de seguridad establecidas. Así, el rey Felipe no da la mano a quienes saluda, como tampoco lo hace Letizia.

El gesto más habitual que se ha visto en los últimos meses ha sido el saludo con el codo o con la mano en el pecho. Sin embargo, hay situaciones menos formales y protocolarias en las que es más complicado mantener estas medidas.

A la llegada de los reyes a su domicilio, Brines ha extendido su brazo para encajar la mano al rey Felipe, que se ha mostrado amable y cercano con el escritor, pero no le ha estrechado la mano. Con mucha educación, Brines ha repetido el gesto con Letizia, quien tampoco ha dado la mano del autor.

Sin embargo, en ningún momento los monarcas han mostrado rechazo o falta de educación. De hecho, ahí radica la clave del sencillo gesto con el que los monarcas mantienen las medidas y han adaptado los saludos. Ambos han mostrado su afecto agarrando del brazo a Brines, evitando el contacto con la mano. Así, la reina Letizia ha mostrado su rapidez de reflejos al evitar muy sutilmente encajar la mano del escritor al agarrarlo por el hombro.