De repente no han podido coger vacaciones, tampoco pagar las facturas o simplemente salir a cenar como antes. Algunos se han tenido que privar de lo que siempre tenían asegurado y se piensan mucho salir de fiesta, comprar caprichos o llenar el frigorífico. Arrastrados por una pandemia que ha reducido los hogares que viven sin sobresaltos en una integración plena. Si antes lo hacía casi la mitad de los españoles (49%) ahora solo es el 42%. Incluso hay miles de personas que se han visto obligadas a pedir ayuda por primera vez a Cáritas o a otra ONG. De ahí la necesidad de seguir protegiéndose con medidas como el Ingreso Mínimo Vital porque la pandemia ya ha azotado a 11 millones de personas en situación de exclusión social.