Francisco P. M., un presunto narco valenciano de 38 años, muy conocido por la policía y por otras bandas dedicadas al negocio de la droga en la Comunitat, acabó ayer con sus días de actividades supuestamente ilícitas muerto a tiros y tendido sobre el frío bordillo de una acera de un polígono de Favara. Junto a su cadáver, con varias heridas por arma de fuego, entre ellas dos disparos en la cabeza mortales de necesidad, el motor de su vehículo, un Mercedes GLA, todavía seguía en marcha cuando llegaron los primeros agentes al lugar. Los autores del tiroteo huyeron rápidamente en un coche, modelo Mini, de color blanco, por la salida de la autovía A7, a escasos 300 metros del lugar donde se produjo este crimen relacionado con el tráfico de drogas.