La reforma de la Plaza de la Reina incluye toda una novedad en el paisaje urbano: un baño público, un elemento que es un importante servicio para la ciudadanía, que no tiene que recurrir a entrar a un establecimiento de hostelería -no siempre autorizado- para cubrir la necesidad. Es, de hecho, el único en su especie en el centro de la ciudad. El acceso al mismo es gratuito y seencillo: la puerta se abre solicitándolo a través de un interfono. En el interior hay un baño y un lavabo, adaptado a movilidad reducida. El pero que se le puede poner es que el grifo no tiene temporizador, con el riesgo de desperdicio de agua. Un cartel reclama depositar el papel en una papelera que no existe: o no se ha instalado o ya la han robado.