Restan 16 jornadas en Primera División para echar el cierre a la temporada 2018-19 y en ellas puede pasar de todo. El Villarreal CF, inmerso en la lucha por c0nseguir la permanencia, se encuentra en una situación difícil e incómoda, ocupando puestos de descenso directo a Segunda División y con una plantilla que lo intenta pero a la que no le sale nada. El viernes, en Valladolid, tendrá una nueva final.

La situación es harto delicada, pero temporada tras temporada se han producido situaciones similares en Primera y otros equipos incluso con peores registros que los del plantel de la Plana Baixa han acabado salvándose. Esos espejos son en los que se mira el cuadro amarillo en esta segunda vuelta de la Liga para tratar de conseguir su objetivo.

La temporada pasada, sin ir más lejos, uno de los protagonistas en el tramo final de la competición fue el Levante UD. El conjunto granota, que había sumado 20 puntos en las 22 primeras jornadas (tres victorias, once empates y ocho derrotas), realizó una gran segunda vuelta de la mano de Paco López y acabó la temporada con 46 puntos en su casillero, ocupando la décimo quinta posición y muy alejado del descenso. Un descenso que no eludieron el Deportivo (29 puntos), Las Palmas (22) y el Málaga (20).

Una campaña antes, la permanencia resultó más asequible y el Leganés fue uno de los que la logró con apenas 35 puntos. El conjunto madrileño, que en la jornada 22 contaba con 18 puntos (cuatro victorias, seis empates y doce derrotas), acabó el curso en la décimoséptima posición, con cuatro puntos sobre el descenso.

Un año antes, el conjunto andaluz se había salvado en la segunda vuelta. Los granadinos pasaron de estar en la jornada 22 en descenso con 20 puntos a acabar en la décimo sexta posición en la jornada 38 con 39 puntos.