Lo del Villarreal estos días: lo ves en una película y no te lo crees, te parece mentira. Dos goles arriba y con todo a favor, al Villarreal se le escapó el partido del sábado contra el deprimido Celta en Balaídos. Dos goles abajo y con todo en contra, el Villarreal le remontó anoche el partido al eufórico y poderoso Barcelona. Y otra vez, dos goles arriba y con todo a favor, al Villarreal se le escapó la gloria en el último suspiro. El 4-4 definitivo alivia a medias la urgencia amarilla, que se sitúa dos puntos por encima de la zona de descenso, a la que podría caer si hoy gana el Celta su partido.

Pasó de todo anoche bajo los focos de la Cerámica. De entrada, Messi se quedó en el banquillo. Ausente el astro argentino, otros dos zurdos bajitos tomaron el protagonismo. En poco más de un cuarto de hora, el Barça ganaba 0-2 asido a las acciones de Malcom. El Villarreal volvió al partido, digno y revivido, gracias a Samu Chukwueze.

La noche anduvo entretenida, con mucha actividad en las áreas. En el minuto 12, Malcom rasgó la espalda de Pedraza, con la tripleta de centrales mal escalonada y lanzado por un pase interior de Sergi Roberto. Fueron minutos de desbarajuste defensivo local: Malcom lo tuvo fácil para regalarle el gol a Coutinho, que embocó a placer el primer del partido. El 0-2 abundó en la transparencia de la zaga amarilla. Una larga jugada de ataque visitante desembocó en el costado diestro. Desde ahí Vidal enroscó el centro que Malcom, muy solo, cabeceó a la red desde cerca. Se seguía sin noticias de la defensa: en el minuto 19 Suárez plantó a Coutinho frente a Asenjo, y la madera evitó el tercero.

El palo dejó con vida al Villarreal, que también supo generar problemas a la retaguardia del rival. El francés Lenglet puede anular la cuenta con su sastrería. Un desbocado Samu Chukwueze le hizo trajes para toda la primavera. En uno de ellos, tras interceptar un pase de Umtiti, hubo de emplearse a fondo Ter Stegen para evitar el gol en el mano a mano. Ya había volado poco antes el portero del Barça para desviar un testarazo de Iborra en un saque de esquina. A la tercera fue para el Villarreal la vencida. En el minuto 23, Cazorla dibujó una delicia de pase a la carrera de Chukwueze, que limpió a Alba, recogió el rechace del poste y batió a Ter Stegen con justicia.

El 1-2 asentó al Villarreal, que se serenó algo en defensa. El Barcelona también perdió cierta fluidez. El partido se marchitó excepto en las piernas de Chukwueze. El nigeriano de 19 años comenzó la temporada en el filial, pero no se le pueden poner puertas al campo. Anoche, frente a defensas de talla mundial, flotaba como una mariposa y picaba como una avispa. Rapidísimo, exigió de nuevo la mejor versión de Ter Stegen en un duelo en el minuto 40, y le sacó una falta peligrosísima al superado Lenglet en el 42. Cazorla no aprovechó el libre directo, que tuvo pronto su réplica azulgrana. Luis Suárez enroscó una falta y Asenjo respondió con un vuelo eficaz y plástico.

Segunda parte

La segunda parte comenzó con la mejor noticia posible para el submarino: 2-2. Chukwueze se inventó un pase inverosímil con el exterior de su zurda, que proyectó la carrera de Ekambi. Ahí crujió Ter Stegen, que quiso anticipar un centro imaginario y se comió el tiro.

La noche se le había complicado oficialmente al Barcelona. Valverde recurrió a Messi en el minuto 61, pero el fútbol hace siempre lo que quiere, al fútbol no trates de entenderlo. Al minuto siguiente Iborra recogió un pase de Morlanes y batió a Ter Stegen por bajo, completando la remontada.

La Cerámica se subió al tren del delirio. Se perfiló para sentenciar un Villarreal crecido. El larguero le negó otro gol a Chukwueze, después de que el portero desviara con la punta de los dedos su tiro. Nada pudo hacer Ter Stegen en la siguiente. Bacca, que había relevado a Ekambi, aprovechó otro pase meloso de Cazorla, ídolo crepuscular, para machacar al Barça a la contra con el cuarto.

Parecía la sentencia, el 4-2, pero en el césped seguía un tal Messi, que colocó en el minuto 90 una falta en la escuadra. También seguía un tal Suárez, que provocó primero la evitable expulsión de Álvaro, pasado de frenada, y castigó después con crueldad al Villarreal en el minuto 93, con una volea imparable de zurda, que se clavó en la red como una estaca.